Revnost escribió:Para mí de cara al siguiente año, veo imprescindible:
1. Que las semifinales sean ciegas de votos, como en el Melodifestivalen.
2. Que el televoto sea proporcional a los votos recibidos. Incrementa las posibilidades de recuperar un mal jurado y da más emoción en el anuncio de los resultados
3. Que las canciones se mantengan secretas hasta la semi, como en el Melodi, creo que este año era poco factible porque interesaba darle bombo, pero una vez la marca ya se ha conocido, lo vería interesante porque evitaría la polarización del voto. O sea cuando se anunciaron las canciones diría que Rayden tenía muchos apoyos, casi al nivel de Tanxugueiras y Rigoberta, y que estos se fueron a Rigoberta a medida que se veía que era la única que podía hacer frente a las gallegas. Me gustaría ver cuáles han sido los % de televoto de la final, pero creo que las dos primeras habrán aglutinado muchísimo más que de la tercera para atrás
Añadiría:
4. Que el jurado tenga más miembros, como por ejemplo en el Melfest.
5. Que los miembros del jurado hayan sido miembros del jurado del ESC en años anteriores y que tengan un buen historial de aciertos, es decir: que hayan votado en el ESC al mayor número de paises que posteriormente han quedado en el Top10 en la final, para asegurarnos que votan con criterio más acorde al gusto de Eurovisión, que nos garantice la mejor posición posible también a España (es decir, que si hay alguien que haya sido jurado en España pero dejase en última posición a Italia el año pasado, no lo queremos como jurado en el Benidorm).
6. Un peso del jurado del 40%, y 30% demoscópico y 30% televoto. Y en años posteriores, si se comprueba que el jurado está votando bien anualmente en el Benidorm (en el sentido de que cuando gane el Benidorm lo que ellos votan y se compruebe que es lo que mejor queda luego en Eurovisión en comparación con otros años, entonces plantear devolverle al jurado el 50% del voto).
Reglas reconozco que un poco complicadas como para ser ejecutadas, pero se trata de voluntad y de ser lo más exhaustivo y profesional en la elección de los miembros del jurado.
Y eso que estas reglas jugarían en desventaja de mi apuesta para este año (Rigoberta), pero se trata de intentar ser de alguna forma objetivos y hacer la mecánica que cree menos polémica, sin dejar eso sí todo el peso al público para ponderar el voto diáspora.