La esperanza de poder seguir adelante después de tanto dolor haciendo de tu fragilidad, tu fortaleza.
La flor de ramonda, oreja de oso en castellano, es en Serbia un símbolo nacional que representa el resurgir de las cenizas, el renacer tras las adversidades.
Y es lo que simboliza esta preciosa canción.
Una sencilla y frágil flor capaz de sobrevivir a las adversidades.
Algo que pocas veces se consigue en realidad.
Me parece una de las canciones más bonitas del año, siendo también una de las pocas baladas que hay en el presente festival.
Tiene a Croacia y Eslovenia pero necesitará de más votos para pasar, que parece que las canciones más íntimas siempre lo tengan más difícil, pero ojalá consiga pasar merecidamente a la final, en mi opinión es de las que más se lo merecen.
Es muy preocupante que el público serbio votase mayoritariamente a una canción que hacía apología racista y fascista en contra de los albaneses y de la propia televisión serbia por permitir su participación en la preselección, fiel reflejo de la preocupante derivada de valores que lleva el festival y Europa. Si amamos de verdad el festival debemos hacer todo tipo de protestas y reivindicaciones para que sea un símbolo de difusión y respeto de los derechos humanos y nunca un mezquino desfile de nacionalismos fascistas. Por éso debemos dar la cara y apoyar todas las causas y sus reivindicaciones en de un festival inclusivo, defensor y divulgador de los derechos humanos.
Mis mejores deseos para la buena de Teya y su preciosa maravillosa gran canción.
Por un instante regresa el deseo de vivir a otra velocidad...
Pasan todavía muy lentamente los trenes por Tozeur...