Preocupa y duele la superficialidad, frivolidad, banalización y deshumanización con la que muchos trataron todo lo que concernió a la representación de Islandia y lo que está pasando con el festival este año y sobre todo como trataron a Bashar Murad y su canditura.
Preocupa y duele el cinismo y la hipocresía con la que se concibe por muchos la música y sobre todo el festival. Resulta que causas que creen ajenas no pueden tener cabida en el festival porque hacen política tratando cruelmente a quienes quieren dar visibilidad a esas causas acusándoles de una forma cruel y deshumanizante de querer dar pena deshumanizando peligrosamente la pena y a las causas y víctimas tienen que estar fuera de su vista para no atacar conciencias y dejarles disfrutar tranquilos de la fiesta que mientras no les afecte les da igual.
La música tiene muchas funciones, una de ellas es divertir por supuesto que sí, pero también la de emocionar y también algo tan importante como es despertar conciencias denunciando injusticias.
Eurovisión es política por la sencilla razón de que todo en la vida lo es, negarlo o decir que sólo es un festival de música es hacerse el tonto con perdón, y porque nació por razones políticas de defensa de los derechos humanos, de la paz y unión de Europa y de la democracia y la libertad.
Dicen algunos que no querían la canción de Bashar por ser política pero luego se tragan y apoyan candidaturas de Israel o Luxemburgo que son mensajes políticos sionistas y fascistas porque son divas petardas o power baladas...
Es hipócrita, asqueroso y de una gran maldad, criticar que otras causas denuncien sus injusticias que padecen cuando los eurofans han hecho política por la causa LGTBIQ cuando abucheaban a Rusia por sus leyes homófobas o cuando hicieron ganadora a Conchita Wurst por haber recibido chistes legtbifobicos.
Defender una causa implica defenderlas todas, la LGTBIQ, la feminista, antirracista, antifascista, ecologista, personas con discapacidad, quienes sufren un genocidio.
Eurovisión lleva una derivada de censura y represión que acabará afectando, por mucho pinkwashing que hasta ahora le ha interesado hacerse, también a la comunidad LGTBIQ y entonces ante el avance de candidaturas sionistas, fascistas como la que quería el público serbio, estaremos en una grave y peligrosa situación de vulneración de libertades de todos los colectivos oprimidos y sus causas.
Por éso es cruel y deshumanizante criticar, una cosa era que no gustase la canción y otra bien distinta los ataques y críticas que recibió, con tal frivolidad, superficialidad, banalización y deshumanización la causa y denuncia que hacía con su gran canción.
Esa deshumanización sin la más mínima empatía, convierte en monstruos a todos los que deshumanizan a las víctimas, su dolor, la pena sufrida, las causas de injusticias sufridas.
Hay que hacer una profunda reflexión para recuperar humanidad, empatía, solidaridad y apoyo mutuo entre todas las causas de los colectivos que sufren de graves injusticias antes de que sea demasiado tarde y entonces nos arrepintamos...
Y si, Eurovisión es el lugar perfecto para ante tantos millones de personas viéndolo, a través de canciones denunciar todas las injusticias para despertar conciencias que luchen por acabar con tantas injusticias. Solos no podemos, todos con todas las causas unidas, sí.
https://youtu.be/VlUEFmVd7ss?si=Tik49UvkttmCkX79Muchas gracias queride Bashar Murad, a quien deseo todo lo mejor, como a todo el pueblo palestino y a todos los que tienen una causa que visibilizar, por denunciar con tu gran maravillosa y emocionante canción la terrible injusticia del cruel genocidio que sufre el pueblo palestino.
Por quienes cantan para despertar conciencias
Por las canciones que denuncian injusticias y despiertan conciencias.
Qué viva la lucha del pueblo palestino.
Viva Palestina libre.
En cuanto a Hera, que se insista que es un ser de luz, hombre un ser de luz no se niega a renunciar, aunque sea muy lícito que quisiera ir y aquí está de hecho, cuando todos los demás por solidaridad renunciaron a ir en caso de ganar ni se deja querer por los racistas para hacerla ganadora ni por los sionistas que alardearon de meter mano en esta preselección para que la denuncia de genocidio no se escuchara en Eurovisión. Cuando la propia compositora de la canción renunció y reconoció que habían ganado por racismo, fascismo y sionismo, queda claro de qué va esta candidatura.
Esta canción con lo cliché que es, es un perfecto reflejo de la frivolidad, superficialidad banalización y deshumanización cínica e hipócrita deriva del festival, el mundo y de muchos eurofans, que es muy lícito que les guste pero lo que representa si lo apoyas eres parte del problema. Lo cual, todo ésto es muy triste y preocupante.