La composición de canciones femeninas está experimentando un gran resurgimiento en la última década, con docenas de grandes nombres que abarcan prácticamente todos los géneros, desde el country al indy-pop y el post-industrial. En este sentido, la bielorrusa, pero ahora residente en Nueva York, Groosha está de moda. Sin embargo, con una representación tan masiva no es suficiente, uno debe ser al menos un poco único.
Groosha no escribe las mejores melodías, ni es autora de letras innovadoras. Si nos centráramos únicamente en estos aspectos, la veríamos quedarse corta con respecto a su homóloga directa más obvia, Regina Spector. Sí, tenemos que mencionar este nombre ya que sin duda esta comparación se hará - ya que ambos están en el mismo género, compartiendo el mismo instrumento y los mismos antecedentes culturales de la ex-URSS.
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Sin embargo, paradójicamente, las grandes canciones no se definen por grandes letras, o grandes melodías - hay muchas otras maneras de hacerlas a lo grande. Para Groosha, son las voces las que hacen que su música destaque. Muy modestas y no forzadas, fluyen sin reservas, al principio suaves y frágiles, y luego amplias, grandes como una inundación, y muy conmovedoras, íntimas en todo momento.
