Noche - Pasillo
Después de que Eiji terminara sus asuntos en el baño, volvió a salir al pasillo, encontrándose con Zelda en la misma posición en la que estaba. Entonces un recuerdo le vino a la mente.
Eiji: Oh no...otra vez no...- Eiji murmuró mientras se acercaba a su compañera, confirmando que de nuevo tenía la mirada perdida en la nada.- No, no, no...¿Zelda? ¿Me oyes?
Zelda ya le había confirmado a Eiji que a veces tenía una especie de trance que la evadían de la realidad y se perdía en su propia mente.
Eiji: ¿Hooola? Vuelve, Zelda...- le susurro Eiji al oído mientras colocaba una de sus manos en su brazo, zarandeándola levemente.- No te puedes quedar aquí...podría pasarte algo malo...y no puedo perder a alguien mas...Por favor, Zelda, despierta...
Eiji trato de hacer volver en si a su amiga, pero está no daba señales de volver a la realidad.
Eiji: Bueno...todo estará bien, sí...- Eiji miró a su alrededor, quizá si encontraba a Patroklos podría pedirle ayuda o que la escoltara a su habitación, pero Patroklos no parecía estar cerca y no quería llamarle para que toda la academia supiera de lo que le ocurría a Zelda.- Bueno...pues tocará pasar la noche juntos.
Eiji rodea la espalda de Zelda con su brazo mientras le guía con cuidado por el pasillo, intentando ir poco a poco. No sabía muy bien como actuar con alguien en trance, pero pensó que sería como con alguien que tiene sonambulismo, por lo que no quería asustar a Zelda. Mientras se acercaban a la habitación del chico, este iba susurrando, lo que era para él, palabras tranquilizadoras.
Noche - Dormitorio de EijiEiji entró en su habitación acompañado de Zelda y la reposó en la cama, apartando varias de las prendas sucias del chico, mientras volvía a la puerta para cerrarla con llave. Trató de acomodar a su amiga como buenamente pudo y miró de soslayo la puerta de su habitación personal. Una punzada de dolor le atravesó la espalda de solo recordar la noche que pasó durmiendo en el frío suelo y desechó la idea de volver a encerrarse allí.
Eiji: Bueno...esto se puede considerar como una fiesta de pijamas...¿No? - dijo Eiji a la habitación sin esperar respuesta. Sonrió levemente mientras cogía la almohada de su cama y tapó a su compañera.- De nuevo por los suelos...
Eiji tiró la almohada en el suelo y agrupo algunas de sus cosas para que la noche no fuese tan dura.
Eiji se equipa el tenedor, guardando la guitarra y coge (de nuevo) el taser.
