Monokuma: Que aburridos que sois, aunque bueno, podría habérmelo imaginado, muchos de aquí vais de pánfilos pero realmente sois muy astuci
osos, a la cara no os habéis mojado pero a la hora de la verdad estáis deseando clavar más de un puñal por la espalda, upupupupu.
Y tú, niña diabólica
-dice mirando a Mari- espero que hayas aprendido la lección y dejes de meterte en mis asuntos, la próxima vez no habrá ninguna votación, serás castigada instantáneamente
-saca una especie de mando de su "bolsillo" y lo pulsa, haciendo que la cúpula donde estaba Mari se rompa en mil pedazos, los cristales caen sobre ella, pero se protege poniéndose en posición fetal y solo le hacen unos cortes en los brazos. Luego, va a Rosado y pulsando otro botón libera sus cadenas-
Rosado: ¡Mariii!
-corre hacia ella y la abraza- todo está bien, todo está bien, no tengas en cuenta las cosas feas que han dicho los demás, en caliente se dicen cosas de las que luego uno se arrepiente, así que ahora vamos a ir curarte esas heridas y a dejar que las cosas se calmen, ¿vale?
-le da un tironcito amistoso en el moflete-Acto seguido, Monokuma suelta a Patroklos, quien hace una reverencia a todos. Por último, va a Yuffie, que está visiblemente alterada.
Yuffie: Como me sueltes ahora pienso cometer el primer asesinato público de esta academia, me niego a creer que después de todo esa imbécil vaya a irse de rositas, poniendo mi vida y la del resto en riesgo, además es de esa clase de persona que no aprende, aunque se equivoque sigue y sigue y sigue
-Monokuma la desata- espero que después de esto no vuelvas a dirigirle la palabra.
Al terminar de decir eso, Yuffie se levanta de la silla y en cuanto pone un pie en el suelo pierde el equilibrio y cae de espaldas, justo donde estaba la máquina cortante de Monokuma.
Todo pasa muy rápido y antes de que nadie pueda reaccionar, un chorro de sangre y restos humanos mancha a todos los presentes.