Eiji: Sato fue quien atacó a Patroklos...- murmura Eiji. Tras escuchar las palabras de Himiko, todo tenía sentido. Según su compañera, Sato hacía entrado al jardín justo después de Patroklos y Mari y, segundos después, había vuelto a salir del jardín cubierto de sangre hacía los baños, seguramente para limpiarse.- La lampara del escritorio de Sato había desaparecido de su habitación... Yo la encontré en los contenedores del patio, manchada de sangre y deformada. Posiblemente por el golpe que te dio...
Comenta Eiji mientras mira de refilón a Patroklos.
Eiji: Posiblemente por eso había
tantos rastros de sangre en el jardín. Había en los arboles, en la fuente y en la propia hierba, incluso en el pasillo y en su habitación. - Eiji no entiende el motivo que tendría Sato, la persona simpática, risueña y entusiasta, en atacar a otro compañero, pero, bajo su juicio, era muy posible que aquello fuese lo que pasó.