Cuando algo no ha funcionado es absurdo volver atrás sin justificación alguna.
También podríamos volver a la época de 100% jurado, pero ya se demostró que, a partir de los 80, enguettó al festival en un sinsentido de canciones que solo funcionaban en Eurovisión. Una calidad totalmente anacrónica.
El 100% televoto enguetta el festival pero en el histrionismo, el exceso, el artificio para llamar la atención a toda costa. El circo. Pasaba el festival, y nadie escuchaba esa música porque era para echar un rato y reirse y pasar página (fast-food music) Para música moderna y que trascendiera, te ibas fuera del festival
¿Quién escuchó el Dancing Lasha Tumbai, I wanna, Believe fuera del mundo eurofan?
Por eso, el 50% para mí, es perfecto:
El televoto elige lo más radiable, contemporáneo o arriesgado pero el jurado se dedica a eliminar el circo vacío y el vecinismo/voto diaspora: Como el Boom, Boom, Chaka Chaka (Armenia 2010); el I Love Belarus (Bielorrusia 2010); Attention (Lituania 2014)...
El jurado elige (en líneas generales) la canción y la voz, pero el televoto nos elimina temas que suenen a 1992, nada comerciales, festivaleros rancios o más aburridos que un día sin Internet: Como My Dream (Malta 2010), Walk Along (2015), Warrior (Malta 2015)...
Por ello, está bien esta mezcla, porque te aseguras que haya un mínimo de comercialidad y trayectoria post-festival (televoto) con un mínimo de calidad (jurado). Esto ha generado que haya canciones como Euphoria, Arcade, Soldi, Zitti e buoni que han trascendido. Son impactantes pero de una calidad incuestionable.
Es que ves el top10 de estos últimos años, y no hay color con lo que había en los dosmiles.
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Por eso, no quiero volver ni a 1987 ni a 2007, hacia el futuro.