Un relato épico sobre una reina liberada que pretende reinar ante todos que parece sacado de una mala versión de un libro o película tipo el Señor de los Anillos...
Es la típica y tópica candidatura que nace y muere con el festival de turno.
Por mucha epicidad que le hayan querido dar, no deja de ser la típica y tópica canción cliché artificial y prefabricada, pensada para y por el festival, y a quien guste, hace bien de disfrutarla, éso siempre, que suele gustar mucho en la burbuja eurofan de hecho, pero que nunca se sabe cómo va a ser recibida por el público general... No suelen tener término medio, o caen en gracia y quedan bien, la buena acogida de Keiino por el público en 2019 es lo que hace que Noruega esté insistiendo en este tipo de candidaturas, o se estampan en semifinales o en la final...
Tienen mucha suerte que este año no haya jurados en semifinales, porque el dudoso directo de la buena de Alessandra, y una puesta en escena pobre y simple, podrían condenarla a ser la típica canción favorita eurofan que queda eliminada en semifinales...
El público es más incógnita lo que hará con ella, si la coronará como reina o la destronará en favor de otras...
Por un instante regresa el deseo de vivir a otra velocidad...
Pasan todavía muy lentamente los trenes por Tozeur...