Revisando los jurados
Publicado: Lun May 15, 2023 6:27 am
Permitidme el privilegio de abrir este tema del que todos estamos deseando hablar ¿Qué pasa con los jurados? ¿Cómo revisar el sistema? ¿Cómo debería ser su composición? Vamos puntos por punto.
Empecemos fijándonos en la composición del jurado español de este año, que me parece un compendio de todos los errores que se pueden cometer a la hora de formar un jurado.
Marta Sango: cantante, concursante de Operación Triunfo 2018 y candidata del Benidorm Fest 2022.
Aarön Sáez: músico y teclista de Varry Brava, banda con la que fue candidato del Benidorm Fest 2022.
Francis Viñolo: director artístico, bailarín y coreógrafo.
Estefanía García: coordinadora de la Orquesta y Coro de RTVE.
Vicky Gómez: bailarina y coreógrafa ligada a Operación Triunfo y Eurovisión.
Cuestiones a la hora de crear un jurado
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Para que la votación sea justa y representativa, el jurado debería estar compuesto por entre diez y veinte personas e idealmente la UER debería establecer un número fijo y obligatorio para que todo sea lo más equitativo posible. Desde luego cinco personas no es aceptable, es darle demasiado poder a muy poca gente.
Experiencia
Esto parece evidente, pero muchas veces no se cumple. Un miembro del jurado debería tener una experiencia profesional larga en el mundo de la música. Marta Sango, que lleva en activo desde 2018, no me parece una buena elección. Además con Marta Sango y Varry Brava tenemos un problema particular que se hizo aún más evidente el año pasado con Blanca Paloma. Si tu traes a un artista a tu preselección en calidad de artista nuevo que busca hacerse un nombre, no puedes traerlo al año siguiente de jurado, porque significa que la delegación no tiene un criterio claro y firme sobre los artistas y queda espantosamente mal. El caso de Blanca es realmente grave porque lo junta todo. Blanca seguro que es una persona maravillosa con gran criterio artístico y buen gusto, no digo que no. Pero tiene poquísima experiencia profesional y fue jurado el mismo año que participante. O sea que has seleccionado a un artista que es la quintaesencia del talento nuevo, presentada y promocionada como una promesa de la música...y ese mismo año la pones de jurado de uno de los festivales más importantes del mundo ¿Cuál es tu criterio? ¿Era una maniobra para tenerla contenta y que se presentara este año? ¿De qué va esto?
Evitar los especialistas y los profesores de talent
Soy consciente de que esto va a ser tremendamente polémico pero voy a tratar de exponer mis argumentos de la mejor manera posible. Hay gente que tiene bastante experiencia en el mundo de la música, pero dicha experiencia consiste en ir saltando de talent show, en talent show, como es el caso de Vicky Gómez. El problema de los talent shows es que son eso, shows, shows de entretenimiento puro y duro. Todos los talents están viciados por la necesidad de hacer algo para todo los públicos y establecer una narrativa para atraer audiencias. Algunos como X factor o La Voz adolecen especialmente de eso y en muchas ocasiones se pasa al simpático, al que tiene una historia emotiva de superación o al que tiene un aspecto no normativo y un mínimo de talento artístico. Son shows para entretener y aunque no me gusta un pelo como se manipula a artistas y público, queda bastante claro que ese es su objetivo por encima de la música. Eurovisión no es eso. Eurovisión es el festival de música europea por antonomasia. Es un festival de muchísimo prestigio y recorrido, donde se miden en una competencia limpia a algunas de las mayores promesas de la música europea (o al menos así es de manera ideal). Una persona que está acostumbrada a trabajar durante toda su carrera bajo la tiranía de las audiencias y convirtiendo todo en un show, no está preparado para valorar un concurso donde el respeto a los valores artísticos debería ser casi sagrado. Ni está acostumbrado a eso, ni la experiencia en esos talents es comparable a la de trabajar con el arte como objetivo principal (obviamente el arte también busca atraer al público, pero siempre poniendo la parte creativa por delante y confiando en que si esa parte es buena, al publico le gustará)
Por otro lado los especialistas son problemáticos porque tienen visión de túnel. En el arte son necesarios los especialistas porque hay espectáculos complejos que requieren coreógrafos, escenógrafos, instructores de voz...un montón de cosas y eso es fantástico, pero valorar un show requiere mirar antes el conjunto. No puedes permitir que los árboles no te dejen ver el bosque, porque en el arte el todo es más que la suma de sus partes. En este sentido una persona especializada en un campo puede saber de otros, pero tenderá naturalmente a centrarse en su especialidad y por tanto hará una valoración sesgada. El caso paradigmático es el de Myriam Benedited y con esto no quiero hablar de supuestos tongos, de polémicas, ni de si estaba más o menos equivocada al valorar a Chanel. Lo saco a la palestra porque es un ejemplo claro y fácil de entender de lo que estoy diciendo. Myriam Benedited es coreógrafa y le dio una puntuación alta principalemente por el baile. Que sí, que luego habla de la energía que desprende y un montón de cosas bonitas que no dicen nada concreto, pero su valoración se basa en el baile. Una cosa es que os caiga bien por lo de Chanel y otra que sea el tipo de jurado adecuado para eurovisión o para una pre, porque no os gustaría lo mismo en sentido contrario ¿Os parecería bien que el director del coro nacional moldavo diera la menor puntuación a Chanel, porque su especialidad es la voz y no valora prácticamente nada el baile?¿O que una famosa coreógrafa diera una puntuación injusta a Salvador Sobral, porque no hay baile que valorar y el resto no le dice nada? Pues lo mismo con Myriam.
Artistas de diferentes géneros
Aquí está la clave. Cada persona tiene un criterio muy diferente que afecta a cómo ve las canciones. Yo adoro el folk y por tanto cualquier propuesta de ese género parte con una ventaja importante para mí, que es uno de los motivos de que yo adore la canción de Albania de este año, cuando una gran parte del público la detesta. A los artistas les pasa lo mismo. Valoran mejor el conjunto que los especialistas, pero siguen teniendo un sesgo hacia su género y aquellos musicalmente más próximos. La manera de solucionar esto es tener artistas de géneros muy distintos en el jurado. Si una canción logra enganchar a un músico de clásica como James Rhodes, una artista de pop urbano aflamencao como Rosalía y a un rockerazo como Bunbury, está claro que esa canción tiene algo muy especial.
Algunos pensaréis que a gente así le va a costar valorar aspectos más específicos como el baile o la puesta en escena, pero para eso tienes a artistas que trabajan esos aspectos además de la canción en sí y la voz, como la propia Rosalía. Puede que no tengan la experiencia o los conocimientos suficientes para montar una puesta en escena completa de Eurovisión con todo lo que suele conllevar, pero sí para valorarla justamente. Del mismo modo si una propuesta decide ignorar todas esas convenciones y centrarse en la música pura y dura, sabrán juzgarla bien porque su foco es el conjunto.
Por supuesto nada de esto sirve si no hay un compromiso firme de todos los países por construir los jurados lo mejor posible, de modo que todos tengamos una competición justa y seria. En fín ¿Qué opináis vosotros?
Empecemos fijándonos en la composición del jurado español de este año, que me parece un compendio de todos los errores que se pueden cometer a la hora de formar un jurado.
Marta Sango: cantante, concursante de Operación Triunfo 2018 y candidata del Benidorm Fest 2022.
Aarön Sáez: músico y teclista de Varry Brava, banda con la que fue candidato del Benidorm Fest 2022.
Francis Viñolo: director artístico, bailarín y coreógrafo.
Estefanía García: coordinadora de la Orquesta y Coro de RTVE.
Vicky Gómez: bailarina y coreógrafa ligada a Operación Triunfo y Eurovisión.
Cuestiones a la hora de crear un jurado
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Para que la votación sea justa y representativa, el jurado debería estar compuesto por entre diez y veinte personas e idealmente la UER debería establecer un número fijo y obligatorio para que todo sea lo más equitativo posible. Desde luego cinco personas no es aceptable, es darle demasiado poder a muy poca gente.
Experiencia
Esto parece evidente, pero muchas veces no se cumple. Un miembro del jurado debería tener una experiencia profesional larga en el mundo de la música. Marta Sango, que lleva en activo desde 2018, no me parece una buena elección. Además con Marta Sango y Varry Brava tenemos un problema particular que se hizo aún más evidente el año pasado con Blanca Paloma. Si tu traes a un artista a tu preselección en calidad de artista nuevo que busca hacerse un nombre, no puedes traerlo al año siguiente de jurado, porque significa que la delegación no tiene un criterio claro y firme sobre los artistas y queda espantosamente mal. El caso de Blanca es realmente grave porque lo junta todo. Blanca seguro que es una persona maravillosa con gran criterio artístico y buen gusto, no digo que no. Pero tiene poquísima experiencia profesional y fue jurado el mismo año que participante. O sea que has seleccionado a un artista que es la quintaesencia del talento nuevo, presentada y promocionada como una promesa de la música...y ese mismo año la pones de jurado de uno de los festivales más importantes del mundo ¿Cuál es tu criterio? ¿Era una maniobra para tenerla contenta y que se presentara este año? ¿De qué va esto?
Evitar los especialistas y los profesores de talent
Soy consciente de que esto va a ser tremendamente polémico pero voy a tratar de exponer mis argumentos de la mejor manera posible. Hay gente que tiene bastante experiencia en el mundo de la música, pero dicha experiencia consiste en ir saltando de talent show, en talent show, como es el caso de Vicky Gómez. El problema de los talent shows es que son eso, shows, shows de entretenimiento puro y duro. Todos los talents están viciados por la necesidad de hacer algo para todo los públicos y establecer una narrativa para atraer audiencias. Algunos como X factor o La Voz adolecen especialmente de eso y en muchas ocasiones se pasa al simpático, al que tiene una historia emotiva de superación o al que tiene un aspecto no normativo y un mínimo de talento artístico. Son shows para entretener y aunque no me gusta un pelo como se manipula a artistas y público, queda bastante claro que ese es su objetivo por encima de la música. Eurovisión no es eso. Eurovisión es el festival de música europea por antonomasia. Es un festival de muchísimo prestigio y recorrido, donde se miden en una competencia limpia a algunas de las mayores promesas de la música europea (o al menos así es de manera ideal). Una persona que está acostumbrada a trabajar durante toda su carrera bajo la tiranía de las audiencias y convirtiendo todo en un show, no está preparado para valorar un concurso donde el respeto a los valores artísticos debería ser casi sagrado. Ni está acostumbrado a eso, ni la experiencia en esos talents es comparable a la de trabajar con el arte como objetivo principal (obviamente el arte también busca atraer al público, pero siempre poniendo la parte creativa por delante y confiando en que si esa parte es buena, al publico le gustará)
Por otro lado los especialistas son problemáticos porque tienen visión de túnel. En el arte son necesarios los especialistas porque hay espectáculos complejos que requieren coreógrafos, escenógrafos, instructores de voz...un montón de cosas y eso es fantástico, pero valorar un show requiere mirar antes el conjunto. No puedes permitir que los árboles no te dejen ver el bosque, porque en el arte el todo es más que la suma de sus partes. En este sentido una persona especializada en un campo puede saber de otros, pero tenderá naturalmente a centrarse en su especialidad y por tanto hará una valoración sesgada. El caso paradigmático es el de Myriam Benedited y con esto no quiero hablar de supuestos tongos, de polémicas, ni de si estaba más o menos equivocada al valorar a Chanel. Lo saco a la palestra porque es un ejemplo claro y fácil de entender de lo que estoy diciendo. Myriam Benedited es coreógrafa y le dio una puntuación alta principalemente por el baile. Que sí, que luego habla de la energía que desprende y un montón de cosas bonitas que no dicen nada concreto, pero su valoración se basa en el baile. Una cosa es que os caiga bien por lo de Chanel y otra que sea el tipo de jurado adecuado para eurovisión o para una pre, porque no os gustaría lo mismo en sentido contrario ¿Os parecería bien que el director del coro nacional moldavo diera la menor puntuación a Chanel, porque su especialidad es la voz y no valora prácticamente nada el baile?¿O que una famosa coreógrafa diera una puntuación injusta a Salvador Sobral, porque no hay baile que valorar y el resto no le dice nada? Pues lo mismo con Myriam.
Artistas de diferentes géneros
Aquí está la clave. Cada persona tiene un criterio muy diferente que afecta a cómo ve las canciones. Yo adoro el folk y por tanto cualquier propuesta de ese género parte con una ventaja importante para mí, que es uno de los motivos de que yo adore la canción de Albania de este año, cuando una gran parte del público la detesta. A los artistas les pasa lo mismo. Valoran mejor el conjunto que los especialistas, pero siguen teniendo un sesgo hacia su género y aquellos musicalmente más próximos. La manera de solucionar esto es tener artistas de géneros muy distintos en el jurado. Si una canción logra enganchar a un músico de clásica como James Rhodes, una artista de pop urbano aflamencao como Rosalía y a un rockerazo como Bunbury, está claro que esa canción tiene algo muy especial.
Algunos pensaréis que a gente así le va a costar valorar aspectos más específicos como el baile o la puesta en escena, pero para eso tienes a artistas que trabajan esos aspectos además de la canción en sí y la voz, como la propia Rosalía. Puede que no tengan la experiencia o los conocimientos suficientes para montar una puesta en escena completa de Eurovisión con todo lo que suele conllevar, pero sí para valorarla justamente. Del mismo modo si una propuesta decide ignorar todas esas convenciones y centrarse en la música pura y dura, sabrán juzgarla bien porque su foco es el conjunto.
Por supuesto nada de esto sirve si no hay un compromiso firme de todos los países por construir los jurados lo mejor posible, de modo que todos tengamos una competición justa y seria. En fín ¿Qué opináis vosotros?