1990 - ZAGREBCuando a Yugoslavia le quedaban cuatro días de vida, van y ganan. Bueno, en 1990 nos encontramos en Zagreb, capital de la entonces República Federativa Socialista de Croacia, y concretamente en la Sala de Conciertos Vatroslav Lisinski. Los presentadores fueron los veteranos periodistas Helga Vlahović y Oliver Maklav; ella se dedicó al inglés y él al francés en toda la gala.
El scoreboard de este año es parecido al del anterior, aunque tal vez menos recargado; de color azul, los marcos en que van encuadrados los nombres de los países (recordemos que en 1990 empieza el liderazgo del inglés, que hasta hoy no ha terminado) se oscurece al ir recibiendo votos, aparte de cambiar las letras de blanco a amarillo. Tenemos la puntuación recibida por cada tema, y al finalizar, el ganador cambia de azul a un llamativo amarillo. Como los marcadores realizados por ordenador aun son una novedad son algo básicos y de colores muy saturados.
Este año ya no hay teléfono indicando al país que da los resultados de sus jurados, si no que su correspondiente bandera parpadea.
Dos grandes pantallas de video en el recinto muestra al público presente los resultados, pero en televisión la producción nos lo enseña mucho mejor. En esta ocasión también tenemos una pantalla aparte con el top five.
1991 - ROMA1991 estaba previsto que se celebrara en Sanremo, pero por motivos de seguridad se decidió que fuera en los estudios Cinecittà de Roma. Debido al poco tiempo para la organización, o tal vez por la improvisación tan mediterránea que nos caracteriza a los latinos, quedó una edición un poco así-así. Lo que ignoro es si los presentadores también fueron designados en el último momento, porque fueron los verdaderos protagonistas de la noche; al menos, no se preocupó nadie de que hablaran correctamente el francés y el inglés, los idiomas oficiales de Eurovisión, porque el 90% se dirigieron a público, artistas y espectadores en italiano, y el 10% en un sucedáneo de las otras dos lenguas.
La pantalla de video en CineccittàSi nos centramos en “il cartelone”, tenemos una gran pantalla donde los asistentes en directo podían seguir la evolución de la votación. Desde casa se veía un marcador de color azul eléctrico, con las banderas a la izquierda, que ondea cuando un país da sus puntos, los nombres de los 22 países enmarcados en blanco junto al total recibido, que se transforma en un verde intenso al recibir votos; la puntuación recibida también se aprecia dentro de un círculo negro. Todo muy sencillo, pero bastante claro. Ah, los nombres de los países en inglés, aunque el italiano fue omnipresente toda la edición.
Como era de esperar, las votaciones se convirtieron en el circo de los hermanos Pepoff, con problemas de oido por parte de Gigliola Cinquetti y Toto Cotugno, problemas de idioma, errores, equivocaciones y anécdotas varias, que han pasado a formar parte de la historia de Eurovisión. Si al escrutador de la UER, Frank Need, que tuvo una noche animadita, no le dio un ictus, poco debió faltarle. Para rematar la faena, la realización de la RAI apenas mostraba el marcador, concentrándose en los dos maestros de ceremonia, que parecían ser más interesantes que los resultados.
1992 - MALMOTras el caos a la italiana de Roma, vamos a la seriedad y rigor escandinavos de Malmo.
Lo podemos ver reflejado en el scoreboard, parecido al del año anterior pero de colores menos chillones y más sobrio. Los nombres de los países se hallan dentro de unas ventanas rectangulares de color lila, que sube de tono en los que van recibiendo los votos. La bandera, que ya es un símbolo habitual, ondea cuando un país está al habla, y para que no pase desapercibido, las letras pasan de blanco a rojo. Rojas son también las cifras que cada jurado va dando en su turno de votación. Al finalizar esta, el país en cabeza es señalado en amarillo.
De vez en cuando se nos muestran los cinco primeros clasificados, con la profesionalidad de la periodista Lydia Cappolicchio, que se encargó de hablar en francés, y el también periodista, presentador y actor Harald Treutiger, que se hizo cargo del inglés.