Día 5 de Agosto, domingo:Nuestro primer día en Polonia lo dedicamos a conocer el centro de la segunda ciudad del país, Cracovia, y que además es la más monumental. A diferencia de otras grandes ciudades polacas no fue apenas bombardeada durante las guerras mundiales, lo que hizo que se conservara en buen estado y la mayoría de los edificios son originales, no como en Varsovia, que fue arrasada y reconstruida de cero prácticamente. Cracovia fue, además, la capital polaca durante buena parte de su historia hasta que Segismundo III la trasladó a Varsovia en 1596, de ahí su gran legado arquitectónico.
De camino al centro aprovechamos para cambiar euros por zlotys, la moneda local, y para desayunar en uno de los pocos sitios que vimos abiertos. Creo que no acertamos mucho ya que fueron muy lentos y no llegamos a tiempo al tour que teníamos previsto para la mañana. Eso sí, el sitio era curioso, ya que podías desayunar tranquilamente y después hacerte la permanente o unas mechas, o al revés.
La primera parada fue la Rynek, la plaza del mercado. Muchas ciudades polacas siguen el esquema típico de ciudades medievales, con una gran plaza del mercado y a su alrededor los principales edificios de la ciudad (catedral o iglesia relevante, ayuntamiento, comerciantes...). De hecho, en muchas ciudades y pueblos te encuentras la Rynek, que sería algo así como el equivalente a la Plaza Mayor en España. La de Cracovia es inmensa, de hecho es una de las más grandes de Europa. Está rodeada de edificios renacentistas y en centro se alza la Lonja de los Paños, un lugar antiguamente dedicado al comercio de paños y telas y que hoy en día está lleno de puestos de souvenirs y artesanía local.
En una esquina de la plaza, justo por donde entramos nosotros, se alza lo que queda del ayuntamiento renacentista, una preciosa torre, y justo enfrente, la iglesia de Santa María, una de los iconos más reconocibles de la ciudad y del país. Es una iglesia de ladrillo rojo y dos torres asimétricas. Tiene la particularidad de que a las 12:00 todos los días un trompetista (pertenece a los bomberos) hace sonar una melodía interrumpida que se aborta bruscamente. Según dicen, es un recuerdo de lo que pasó durante las invasiones tártaras, en las que un corneta avisó a la población pero fue alcanzado por una flecha cuando estaba dando la alarma.
Debajo de la Lonja de los Paños se encuetra el Rynek Underground. Es un museo moderno sobre la historia de la plaza y donde muestran los restos que se encontraron en las obras realizadas en la plaza hace unos años, mercancías, puestos de venta, etc. También recrean talleres y hay una maqueta del centro monumental de la ciudad. La verdad es que no me pareció nada interesante y no aconsejo visitarlo. Y en la planta de arriba de la lonja hay un pequeño museo de arte que no visitamos, pero sí la terraza de un bar con unas vistas a la plaza y la iglesia de Santa María muy buenas, ideal para descansar un rato a la sombra tomando algo y contemplando el panorama.
Salimos de la plaza por la calle Florianska, hacia el norte, para llegar a lo que queda de la muralla de la ciudad y la puerta de San Florián. La Cracovia medieval estaba rodeada completamente por una muralla de 3Km que incluía 47 torres, 8 entradas y un foso, pero fue derrumbada en el siglo XX y ya sólo queda un tramo en esta zona. Lo que era el foso ha sido sustituido por un anillo verde que conforma un parque que rodea todo el casco histórico. Esta puerta era la entrada a Cracovia desde Varsovia, por lo que era la puerta principal de la ciudad y por donde discurría el camino real. Justo al otro lado de la puerta se encuentra la Barbacana, de construcción más reciente, y que servía para reforzar la seguridad en esta zona y también como puerta monumental. Por cierto, según nos contaron después, cuando abrieron el primer Mac Donalds, que está aquí, hubo colas enormes. Se consideraba un sitio casi de lujo y se convirtió en una costumbre el pedir matrimonio en una romántica cena en este establecimiento.
Volvimos a entrar a la ciudad y nos encaminamos hacia la zona univesitaria, donde se puede visitar el Colegium Maius, la primera universidad de Polonia y por donde ha pasado gente tan importante y relvante como Copérnico. La visitas guiadas suelen ser en polaco, y hay pocos horarios en inglés, por lo que nos conformamos con ver el patio porticado que es gratuito. Justo al lado se encuentra la facultad donde estudió Juan Pablo II, que era origininario de un pueblo cercano, Wadowice, y que cursó sus estudios y fue ordenado sacerdote y luego obispo en Cracovia. De hecho, es posible realizar una ruta dedicada a su figura que recorre los lugares relacionados con él.
A pocos pasos de la zona universitaria se encuentra la Basílica de San Francisco, conocida sobre todo por sus vidrieras, pero que no pudimos ver dentro. Justo al lado se encuentra una explanada con césped donde las multitudes hacían guardia cuando Juan Pablo II se alojaba en el palacio episcopal en sus visitas a la ciudad, esperando a que el pontífice saliera al balcón y saludara.
Tras esta vuelta por el centro se nos hizo la hora de comer y estuvimos un rato buscando un sitio que nos convenciera. Al final optamos por uno donde probamos los típicos "pierogis", una especie de empanadillas rellenas. Los hay de varios tipos: con cebolla, queso, frutos rojos... No sería la última vez que las comiéramos durante el viaje, personalmente me gustaron bastante y son muy baratas.
Como por la mañana no pudimos llegar al tour del centro de la ciudad decidimos hacerlo por la tarde, ya que a las 4 hay un segundo pase. Elegimos un free tour en español, de esos que un guía te da un recorrido por la ciudad a pie y te va contando las cosas más interesantes. No tienen un precio fijo, si no que cada uno paga lo que cree conveniente al final de la visita (y algunos ni pagan, se van sin dar siquiera las gracias). Los hemos hecho ya en algunas ciudades y vienen bien para hacerse una idea de lo que estás viendo. La guía era muy buena, una barcelonesa residente en la ciudad hace años, y lo hizo muy entretenido y ameno. Al salir de comer nos pilló una tromba de agua y pensamos que no podríamos hacer el recorrido pero al final hubo suerte y para las 4 ya había dejado de llover. Básicamente recorrimos de nuevo los sitios que habíamos visto por la mañana pero mejor informados
El tour terminaba en el punto más importante de la ciudad a nivel monumental, la colina de Wawel. En esta zona junto al río es donde se encuentra el castillo real, sede del poder político polaco hasta el cambio de capital, y la catedral de Cracovia, con su mezcla de estilos. Llegamos justo al atardecer y la verdad es que la iluminación a esa hora es perfecta. Como era ya tarde no entramos ni al castillo ni a la catedral y los dejamos para el día siguiente. Debajo de la colina, junto al río, hay una figura de un dragón junto a la entrada a una cueva. La estatua echa fuego a intervalos regulares y está llena de niños haciéndose fotos.
Tras esto, cruzamos el puente y nos fuimos al apartamento para cenar y descansar para el día siguiente.