Hola chavales! Este mes de julio se cumplirán tres años desde que MiguESC diera pistoletazo de salida a la que fue la tercera edición de nuestro afamado Concurso de Microrrelatos, la primera en la que un servidor tuvo el gusto de participar, y que supuso el inicio de muchas otras ediciones plagadas de historietas curiosas y anécdotas que recordaré siempre con mucho cariño.
Este post es para recopilar los micros que he presentado desde entonces, por si a algún forero nostálgico le apetece volver a leerlos.
Besos y abrazos para todos!
1. Dos pájaros de un tiro
-“¡Caldo de pollo y un poco de pan duro era lo único que tus bisabuelos me daban a mí para pasar los inviernos de la posguerra, pequeño granuja…y tú mientras tanto haciendo aspavientos para comerte medio plato de lentejas! ¡Maribel, Maribeeeeeeeeeeeel, este crío te está toreando y no te estás dando cuenta…!”
Esa frase colmó mi paciencia:
-“Mira papá, como sigas diciéndome cómo educar a mi hijo te juro que lo meto a clases de ballet”.
El yayo Aurelio, circunspecto, siguió viendo el fútbol y Eduardito, con cara de susto, no se dejó ni la cuchara…Un pequeño triunfo".
2. Abeja y Dragón (“Crouching bee, hidden dragon”)
La sombra del dragón cubría toda la aldea, pero sus habitantes no tardaron en organizarse:
-“¡Apis-32, reúna a las obreras! ¡Las nodrizas, a sus celdas!”
- “¿Qué hacemos con los zánganos?”
-“¡Cualquier cosa, con tal de que no entorpezcan la misión! ¡Prepárense y sacrifiquen vuestra vida por la Reina si es preciso! ¡Al ataque! BZZZZ (Zumbido de guerra)”
El enemigo no opuso resistencia. El primer aguijonazo bastó para que huyera despavorido.
Mientras toda la colonia celebraba la victoria, tres metros más abajo, Armando intentaba serenar a una hija desconsolada:
-“No llores, mi vida. Mañana te compro otro globo”.
3. Los caminos del triunfo
Se me cerraron los ojos aún con el libro abierto en mi regazo. Cuando desperté, me encontré a Fernando sentado al lado, observándome con expresión de sorpresa:
- Hola mamá, no quería molestarte. ¿Estabas leyendo mi tesis?
- Eh…
Un sentimiento de vergüenza invadió mi rostro. Una ignorante como yo intentando comprender el trabajo de mi hijo ¡Qué ocurrencia! Agaché la cabeza sin decir palabra.
-Antes de volver a la capital, quería darte las gracias. Esa cena improvisada para ocho fue impresionante. Eres la mejor. –Me dijo, dándome un beso.
Nunca supo lo dichosa que me hicieron sentir aquellas palabras.
4. Dar con la tecla
Las manos no dejaban de temblarme. Baqueteado por cuarenta primaveras delante del piano, afrontaba el último concierto en mi ciudad natal, rodeado de buenos y viejos amigos. También estaba ella. Probablemente acudió amparándose en el anonimato generado por el paso del tiempo, pero esos mismos ojos, otrora gráciles y vivarachos, que posteriormente se nublaron cuando me dijo que emigraba a Alemania, seguían resultándome inconfundibles.
Entre bambalinas, volví nuevamente la vista hacia esa enorme caja de resonancia, mi más fiel compañera. Con determinación, accedí al escenario, saludé a los presentes, e interpreté por última vez “Liebestraum”.
Durante la actuación, mi mente evocaba aquella época en que dos muchachos aprendieron a amarse. De soslayo, dirigí por un segundo mi atención a su butaca. Su mirada, clavada sobre mí, era una mezcla de admiración y remordimiento.
Acababa de pulsar la tecla más importante de mi vida: La que encerraba la melodía más hermosa.
5. Involución empresarial
“Odio al correcaminos S.A. (ODIOSA)” fue la compañía que constituyeron los coyotes más poderosos del mundo para promover la captura y comercialización de su principal fuente de alimentación. Con una avanzada estructura logística, encargada de extender ácido corrosivo por las carreteras, lastimaban las patas de las aves, que cuando corrían se las pelaban (literalmente), hasta el punto de ya no poder acelerar y ser así presas fáciles.
El sistema acabó muriendo de éxito. La drástica reducción de la población de correcaminos obligó a los directivos de la empresa a replantearse su estrategia comercial. El objetivo era mantener activo el instinto depredador de la clientela sin mermar excesivamente el censo de cuculiformes.
De esta forma, la cúpula de ODIOSA destruyó todas las patentes, declarando en quiebra la sociedad. Casi todas las ganancias fueron transferidas a paraísos fiscales. Con el 5% restante empezaron a mercadear petardos low-cost.
Así nació la marca ACME.
Recopilación de nuestros microrrelatos
12 mensajes
• Página 1 de 1
6. Coitus interruptus
La noche era fría de mil demonios, pero nada iba a impedir a Dolores Depolla debutar con Stallion-XXL, el rutilante macho alfa de la industria, especialmente cotizado desde que rescató de Lesbos a Rita Tijereta y Odette Omelette, en un “sex-plosivo threesome”, según la (especializadísima) crítica.
-Ahora me toca a mí- pensó Lola, que para llegar a este momento había tenido que arrastrarse durante meses por el fango amateur.
Mientras esforzadamente se reajustaba el corsé, observó cómo el director se dirigía a ella, mirando al cielo y negando con la cabeza:
- Nena, lo siento. Se suspende el rodaje.
- ¡Rafa, no me jodas! ¡Como si caen chuzos de punta!
- Tu partenaire se niega a trabajar en estas condiciones, y en dos horas vuela a Budapest. Otra vez será.
El arrebol de la impotencia reflejada en su rostro contrastaría con el del posterior amanecer, mientras maldecía su puta suerte.
7. El transcurso de la vida
Sin pensárselo dos veces, puso en marcha la máquina del tiempo, deseosa de hallar respuestas.
Así, pudo ser testigo de la génesis del universo; presenció el impacto del asteroide en la actual Chicxulub; acarició con sus propias manos el último mamut de Wrangel y el dodo superviviente de Mauricio; escuchó a Homero recitar la Telemaquia en Quíos y a Sturluson anunciar el Ragnarök en el Althing; contempló los efectos de “Le Grand Peur”, y asistió, atónita, a los acuerdos de la Conferencia de Wannsee.
Maravillada ante tanto acopio de información, decidió volver al presente. Marcó “2014” en el dispositivo, pero, para su sorpresa, se reseteó al año 2027. Nada más llegar, fue detenida por la Policía Interdimensional, acusada de delito de subversión temporal. Su antiguo marido ya había rehecho su vida y su hijo nunca perdonó que lo abandonara.
Había sacrificado su propio futuro, por querer vivir en el pasado.
8. Desparasitación
El Sol decidió convocar a todos los planetas, para comunicarles la peor noticia posible:
- Chicos, voy a entrar en fase de supernova.
- ¡¡¡¡¿QUÉ???!!!- respondieron todos al unísono, presas del pánico. A Saturno se le cayeron los anillos del susto.
- Lo que oís. 10.000 millones de años son demasiado. Ya no puedo aguantar las combustiones internas del núcleo.
- Entonces, éste es nuestro fin- Empezó a sollozar Mercurio, consciente de su destino.
-No tiene por qué. Algunos saldremos despedidos hacia otra galaxia, y quizás en un futuro podamos aprovecharnos de otro sistema gravitatorio- pronunció Júpiter, intentando apaciguar los ánimos.
Tras oír esto, La Tierra, que inicialmente había reaccionado con espanto, cambió radicalmente su expresión. Todos seguían discutiendo pero ella ya no estaba preocupada. Con la bola de fuego fuera de combate, por fin en otro lugar podría desembarazarse de todos esos asquerosos parásitos invasores.
9. EDUCACIÓN PARA UNA CIUDADANÍA PARTICULAR
-“Pichones, ya estáis en la cuarta semana de graduación post-eclosión. A continuación procederé a introduciros en el conocimiento del entorno urbano. De eso dependerá vuestra futura supervivencia…”- El profesor Colombo escudriñaba a todos los alumnos, que impacientes, se acurrucaban en sus respectivos nidos.
-“La primera regla que toda paloma de bien debe aprender es que ahí fuera hay una infinidad de enemigos. Los más peligrosos son los titanes. Son seres gigantescos, que muestran su desprecio hacia nuestra raza llamándonos “ratas aladas”, y a los que hay que evitar a toda costa”.
Todos los aprendices observaban a su maestro con mirada de asombro.
-“¿Qué debemos hacer si nos encontramos con algún titán?”-inquirió uno de ellos.
- “No es fácil responder a esa pregunta, Palomino. Los titanes son seres impredecibles. Curiosamente, los más peligrosos suelen ser los de menor tamaño. Tienen una fijación casi enfermiza con nuestra especie. Les gusta correr detrás de nosotros, y se han dado casos aislados en que han llegado a lanzarnos objetos. Por suerte suelen ser bastante descoordinados, y su cuerpo no está diseñado para volar. Este último es un rasgo común en todos ellos”.
-“Nosotros tampoco sabemos volar”- replicó Palmiro, el caganidos de la clase.
-“Eso es porque todavía somos pequeños, pollo tonto. Parece mentira que aspires a ser un volantón”- le contestó con desdén Zurita, la empollona. Las carcajadas se extendieron por toda el aula.
-“Calma, pequeños”- Intermedió el maestro.-“Existe otro grupo de estos colosos, que al contrario que los demás, han desarrollado una relación simbiótica con nosotros. Los podéis reconocer porque utilizan para desplazarse una tercera extremidad de madera. Suelen darnos alimento”.
-“¿Sabemos por qué nos ayudan?” interpeló Zurita, todavía enardecida por su anterior intervención.
-“Al parecer nosotros les proporcionamos un bien muy preciado. Ellos lo llaman “compañía”. Nuestro escuadrón 96 de fuerzas de élite de palomas mensajeras está desarrollando una ardua investigación sobre esa sustancia. Probablemente pronto obtendremos respuestas, a fin de poder usar conscientemente la “compañía” en nuestro beneficio”.
-“Mis papás alguna vez ya me han hablado sobre ello. Inicialmente se pensó que la compañía podrían ser nuestras deposiciones, ¿verdad?”, preguntó decididamente Palomino.
-“Si, pichón.”, respondió Colombo con aire de tristeza. “Muchos de nuestros congéneres todavía suelen llevar a cabo esta práctica en la actualidad, alentados por las malintencionadas recomendaciones de las urracas. Esto no ha hecho sino agravar nuestras relaciones con los titanes, que a través de su Jefe Supremo, al que ellos llaman “Ayuntamiento”, han iniciado planes estratégicos para erradicarnos”.
-“Ayuntamiento…”, repitieron varios discípulos, con voz entrecortada y ausente, producto del desasosiego.
-“Efectivamente. Así que ya sabéis, mis pichones, cuando salgáis al exterior, tened mucho cuidado con los titanes. Doy por bien empleada esta clase si ya habéis aprendido esta lección. Ya podéis ahuecar el ala”.
10. Crisis de valores
Me desperté en lo que parecía una isla desierta, con mi camiseta de Greenpeace hecha jirones y un pantalón pirata ensangrentado como únicas pertenencias. Recordaba de forma muy difusa los momentos previos al accidente, cuando nuestro guía decidió cambiar el rumbo del helicóptero hacia Mindanao, esperando inútilmente la indulgencia divina de los monzones.
Vagué durante bastante tiempo, un par de horas quizá, con la esperanza de encontrar en aquella cárcel paradisíaca algún indicio de impacto humano. Para mi desgracia, pude comprobar que era tierra virgen.
Dos días habían transcurrido, y mi cuerpo estaba al límite, por culpa del hambre y el frío. De repente, un visitante se acercó a la orilla. Mis ojos no daban crédito. Era un extraño ejemplar albino de tortuga boba, que se había acercado a la playa a desovar. Respiré aliviado, pensando que ya tendría suficiente alimento mientras venían a rescatarme.
La noche era fría de mil demonios, pero nada iba a impedir a Dolores Depolla debutar con Stallion-XXL, el rutilante macho alfa de la industria, especialmente cotizado desde que rescató de Lesbos a Rita Tijereta y Odette Omelette, en un “sex-plosivo threesome”, según la (especializadísima) crítica.
-Ahora me toca a mí- pensó Lola, que para llegar a este momento había tenido que arrastrarse durante meses por el fango amateur.
Mientras esforzadamente se reajustaba el corsé, observó cómo el director se dirigía a ella, mirando al cielo y negando con la cabeza:
- Nena, lo siento. Se suspende el rodaje.
- ¡Rafa, no me jodas! ¡Como si caen chuzos de punta!
- Tu partenaire se niega a trabajar en estas condiciones, y en dos horas vuela a Budapest. Otra vez será.
El arrebol de la impotencia reflejada en su rostro contrastaría con el del posterior amanecer, mientras maldecía su puta suerte.
7. El transcurso de la vida
Sin pensárselo dos veces, puso en marcha la máquina del tiempo, deseosa de hallar respuestas.
Así, pudo ser testigo de la génesis del universo; presenció el impacto del asteroide en la actual Chicxulub; acarició con sus propias manos el último mamut de Wrangel y el dodo superviviente de Mauricio; escuchó a Homero recitar la Telemaquia en Quíos y a Sturluson anunciar el Ragnarök en el Althing; contempló los efectos de “Le Grand Peur”, y asistió, atónita, a los acuerdos de la Conferencia de Wannsee.
Maravillada ante tanto acopio de información, decidió volver al presente. Marcó “2014” en el dispositivo, pero, para su sorpresa, se reseteó al año 2027. Nada más llegar, fue detenida por la Policía Interdimensional, acusada de delito de subversión temporal. Su antiguo marido ya había rehecho su vida y su hijo nunca perdonó que lo abandonara.
Había sacrificado su propio futuro, por querer vivir en el pasado.
8. Desparasitación
El Sol decidió convocar a todos los planetas, para comunicarles la peor noticia posible:
- Chicos, voy a entrar en fase de supernova.
- ¡¡¡¡¿QUÉ???!!!- respondieron todos al unísono, presas del pánico. A Saturno se le cayeron los anillos del susto.
- Lo que oís. 10.000 millones de años son demasiado. Ya no puedo aguantar las combustiones internas del núcleo.
- Entonces, éste es nuestro fin- Empezó a sollozar Mercurio, consciente de su destino.
-No tiene por qué. Algunos saldremos despedidos hacia otra galaxia, y quizás en un futuro podamos aprovecharnos de otro sistema gravitatorio- pronunció Júpiter, intentando apaciguar los ánimos.
Tras oír esto, La Tierra, que inicialmente había reaccionado con espanto, cambió radicalmente su expresión. Todos seguían discutiendo pero ella ya no estaba preocupada. Con la bola de fuego fuera de combate, por fin en otro lugar podría desembarazarse de todos esos asquerosos parásitos invasores.
9. EDUCACIÓN PARA UNA CIUDADANÍA PARTICULAR
-“Pichones, ya estáis en la cuarta semana de graduación post-eclosión. A continuación procederé a introduciros en el conocimiento del entorno urbano. De eso dependerá vuestra futura supervivencia…”- El profesor Colombo escudriñaba a todos los alumnos, que impacientes, se acurrucaban en sus respectivos nidos.
-“La primera regla que toda paloma de bien debe aprender es que ahí fuera hay una infinidad de enemigos. Los más peligrosos son los titanes. Son seres gigantescos, que muestran su desprecio hacia nuestra raza llamándonos “ratas aladas”, y a los que hay que evitar a toda costa”.
Todos los aprendices observaban a su maestro con mirada de asombro.
-“¿Qué debemos hacer si nos encontramos con algún titán?”-inquirió uno de ellos.
- “No es fácil responder a esa pregunta, Palomino. Los titanes son seres impredecibles. Curiosamente, los más peligrosos suelen ser los de menor tamaño. Tienen una fijación casi enfermiza con nuestra especie. Les gusta correr detrás de nosotros, y se han dado casos aislados en que han llegado a lanzarnos objetos. Por suerte suelen ser bastante descoordinados, y su cuerpo no está diseñado para volar. Este último es un rasgo común en todos ellos”.
-“Nosotros tampoco sabemos volar”- replicó Palmiro, el caganidos de la clase.
-“Eso es porque todavía somos pequeños, pollo tonto. Parece mentira que aspires a ser un volantón”- le contestó con desdén Zurita, la empollona. Las carcajadas se extendieron por toda el aula.
-“Calma, pequeños”- Intermedió el maestro.-“Existe otro grupo de estos colosos, que al contrario que los demás, han desarrollado una relación simbiótica con nosotros. Los podéis reconocer porque utilizan para desplazarse una tercera extremidad de madera. Suelen darnos alimento”.
-“¿Sabemos por qué nos ayudan?” interpeló Zurita, todavía enardecida por su anterior intervención.
-“Al parecer nosotros les proporcionamos un bien muy preciado. Ellos lo llaman “compañía”. Nuestro escuadrón 96 de fuerzas de élite de palomas mensajeras está desarrollando una ardua investigación sobre esa sustancia. Probablemente pronto obtendremos respuestas, a fin de poder usar conscientemente la “compañía” en nuestro beneficio”.
-“Mis papás alguna vez ya me han hablado sobre ello. Inicialmente se pensó que la compañía podrían ser nuestras deposiciones, ¿verdad?”, preguntó decididamente Palomino.
-“Si, pichón.”, respondió Colombo con aire de tristeza. “Muchos de nuestros congéneres todavía suelen llevar a cabo esta práctica en la actualidad, alentados por las malintencionadas recomendaciones de las urracas. Esto no ha hecho sino agravar nuestras relaciones con los titanes, que a través de su Jefe Supremo, al que ellos llaman “Ayuntamiento”, han iniciado planes estratégicos para erradicarnos”.
-“Ayuntamiento…”, repitieron varios discípulos, con voz entrecortada y ausente, producto del desasosiego.
-“Efectivamente. Así que ya sabéis, mis pichones, cuando salgáis al exterior, tened mucho cuidado con los titanes. Doy por bien empleada esta clase si ya habéis aprendido esta lección. Ya podéis ahuecar el ala”.
10. Crisis de valores
Me desperté en lo que parecía una isla desierta, con mi camiseta de Greenpeace hecha jirones y un pantalón pirata ensangrentado como únicas pertenencias. Recordaba de forma muy difusa los momentos previos al accidente, cuando nuestro guía decidió cambiar el rumbo del helicóptero hacia Mindanao, esperando inútilmente la indulgencia divina de los monzones.
Vagué durante bastante tiempo, un par de horas quizá, con la esperanza de encontrar en aquella cárcel paradisíaca algún indicio de impacto humano. Para mi desgracia, pude comprobar que era tierra virgen.
Dos días habían transcurrido, y mi cuerpo estaba al límite, por culpa del hambre y el frío. De repente, un visitante se acercó a la orilla. Mis ojos no daban crédito. Era un extraño ejemplar albino de tortuga boba, que se había acercado a la playa a desovar. Respiré aliviado, pensando que ya tendría suficiente alimento mientras venían a rescatarme.
1- 
2- 
3- 
4- 
5- 
2- 3- 4- 5- -
Campo 
- Mensajes: 1636
- Registrado: Vie, 23 Mar 2012, 22:16:16
11. La velada romántica de Desi y El Colillas
- “Como una guitarra en la noche que un tuno decide rondar a las pibitas. Igual de importante. No guitarra, no party, Desi. Y yo en esta cita quiero sacar el mástil de la funda, que si no la usas, desafina. ¿Lo pillas?”.
- “¿Pero tú quién te crees que eres, tronco, el futuro padre de mis críos? Con capuchón o nada. Si pierdes sensibilidad, te jodes. A mí no me vas a liar”.
Y la lió, vaya si la lió. Finalmente acordaron hacer la marcha atrás. En el momento de apogeo carnal, un fatídico codazo levantó el freno de mano, y quien verdaderamente dio marcha atrás fue el Fiat Cinquecento donde retozaban. Dos cuerpos incapaces de desensartarse por culpa de la inercia, y el clímax previo al choque con la farola del polígono agrícola resultaron determinantes.
Balance: 200 euros de taller y la bienvenida al mundo del pequeño Nano.
12. El cactus todopoderoso
- “Bonito día para un exorcismo, ¿verdad?”
- “Únicamente estamos cambiándole las flores al nicho de la abuela”.
Tras oír esto, ella dedicó una fulminante mirada de decepción a su hermano, disgustada ante semejante falta de sensibilidad:
- “Lo que hacemos es protegerla de los malos espíritus. Las flores con su belleza consiguen atraer las sombras y así los muertos pueden descansar en paz”.
- “¿Y si le ponemos ramos de plástico? Así nos duran más, y no tendré necesidad de traerte con el coche todas las semanas.”
- “¿Cómo crees? Es necesario que la ofrenda sea de plantas naturales, que son las que marchitándose, se sacrifican en lugar de los difuntos”.
- “OK, despreocúpate. La próxima semana me encargo yo de comprarlas”.
Ya había decidido lo próximo que le llevarían a la abuela. Lo que no tenía muy claro es si acabaría clavándoselo a su hermana por el camino.
13. La uva de la ira
¡Once! ¡Sólo había once uvas en mi copa! ¡A pocos segundos para la cuenta atrás! Alcé la vista y vi al hijo de mi cuñada, ese pequeño terrorista, masticando mientras me miraba con aire triunfal. Le habría dado una somanta de hostias. Tantas como campanadas. Incluidos los cuartos. Por suerte no fue necesario. De repente, cierto rubor afloró en sus mejillas, y empezó a toser descontroladamente. Se había atragantado con una pepita.
En aquel momento, podría Anne Igartiburu haberse transfigurado en uróboros de serpiente venenosa, que nadie habría notado la diferencia. Toda la atención de los presentes recayó en el canijo. Tras recobrar éste el aliento, y las oportunas pesquisas de su madre, en las que yo fui un activo colaborador, una somanta no, pero vive Dios que sí una buena galleta navideña recibió de camino a la cama, castigado sin matasuegras (ni matafamiliares, por extensión). Final feliz. Feliz Año.
14. 17/5//2009 4.00 a.m.
Siempre supe que era mentira. Todo politiqueo. Además estos sinvergüenzas querían llevar a la cateta de Melody. Eso es. Por eso cabrearon a los jurados poniendo el tenis en vez de la semifinal…¡Y hala, apáñate con este colgajo naranja! Que seré una Diosa (que lo soy), ¡pero tampoco hago milagros!.
Hablo inglés, mi canción tiene ritmos griegos, tengo un tatuaje árabe, un novio sueco y bailarines caucásicos. Me tenían envidia. Está claro. Solo Andorra no ha cedido a las amenazas.
En fin, Sori, relájate. Intenta dormirte. No podrán contigo. No llores más (Hiperventilando). Nunca vuelvas a hacer caso a esas cuatro locas del myspace. Eres y seguirás siendo una diva. A Kate le pasó lo mismo y sigue triunfando.
(Hora y media, y ciento catorce vueltas en la cama después):
¡Mayte Marcos, Asquerosaaa!¡Es tu culpa!¡Qué dolor de cabeza! Esta noche definitivamente no es para mí…
15. El amigo en común
¡Qué alegría cuando me dijeron “vamos a la casa del Señor Paul”! Llevo ya varios meses sin ver a mi amo, toda una vida para un viejo perro como yo. Todavía recuerdo el momento de nuestra despedida, mis aullidos mientras arrastraba con mirada lastimera el hocico por la moqueta, suplicándole a la Señorita Kaye que lo perdonara, rogándole que siguiéramos como siempre, los tres juntos, jugando a la pelota en Los Pinares, o durmiendo en esa madriguera tan calentita que tanto usaban durante su prolongada época de celo.
¡Cómo echo de menos esos momentos! Ahora todo parece diferente. A mi ama sigue doliéndole que él la llamara “zorra”. Yo la entiendo. Los zorros no son de fiar. Eso estuvo mal. Al menos ella ha dado el primer paso de llamarle. Entre lágrimas le preguntó si quería acompañarnos al veterinario, que iban a ponerme una inyección. ¡Odio esas dichosas vacunas!
- “Como una guitarra en la noche que un tuno decide rondar a las pibitas. Igual de importante. No guitarra, no party, Desi. Y yo en esta cita quiero sacar el mástil de la funda, que si no la usas, desafina. ¿Lo pillas?”.
- “¿Pero tú quién te crees que eres, tronco, el futuro padre de mis críos? Con capuchón o nada. Si pierdes sensibilidad, te jodes. A mí no me vas a liar”.
Y la lió, vaya si la lió. Finalmente acordaron hacer la marcha atrás. En el momento de apogeo carnal, un fatídico codazo levantó el freno de mano, y quien verdaderamente dio marcha atrás fue el Fiat Cinquecento donde retozaban. Dos cuerpos incapaces de desensartarse por culpa de la inercia, y el clímax previo al choque con la farola del polígono agrícola resultaron determinantes.
Balance: 200 euros de taller y la bienvenida al mundo del pequeño Nano.
12. El cactus todopoderoso
- “Bonito día para un exorcismo, ¿verdad?”
- “Únicamente estamos cambiándole las flores al nicho de la abuela”.
Tras oír esto, ella dedicó una fulminante mirada de decepción a su hermano, disgustada ante semejante falta de sensibilidad:
- “Lo que hacemos es protegerla de los malos espíritus. Las flores con su belleza consiguen atraer las sombras y así los muertos pueden descansar en paz”.
- “¿Y si le ponemos ramos de plástico? Así nos duran más, y no tendré necesidad de traerte con el coche todas las semanas.”
- “¿Cómo crees? Es necesario que la ofrenda sea de plantas naturales, que son las que marchitándose, se sacrifican en lugar de los difuntos”.
- “OK, despreocúpate. La próxima semana me encargo yo de comprarlas”.
Ya había decidido lo próximo que le llevarían a la abuela. Lo que no tenía muy claro es si acabaría clavándoselo a su hermana por el camino.
13. La uva de la ira
¡Once! ¡Sólo había once uvas en mi copa! ¡A pocos segundos para la cuenta atrás! Alcé la vista y vi al hijo de mi cuñada, ese pequeño terrorista, masticando mientras me miraba con aire triunfal. Le habría dado una somanta de hostias. Tantas como campanadas. Incluidos los cuartos. Por suerte no fue necesario. De repente, cierto rubor afloró en sus mejillas, y empezó a toser descontroladamente. Se había atragantado con una pepita.
En aquel momento, podría Anne Igartiburu haberse transfigurado en uróboros de serpiente venenosa, que nadie habría notado la diferencia. Toda la atención de los presentes recayó en el canijo. Tras recobrar éste el aliento, y las oportunas pesquisas de su madre, en las que yo fui un activo colaborador, una somanta no, pero vive Dios que sí una buena galleta navideña recibió de camino a la cama, castigado sin matasuegras (ni matafamiliares, por extensión). Final feliz. Feliz Año.
14. 17/5//2009 4.00 a.m.
Siempre supe que era mentira. Todo politiqueo. Además estos sinvergüenzas querían llevar a la cateta de Melody. Eso es. Por eso cabrearon a los jurados poniendo el tenis en vez de la semifinal…¡Y hala, apáñate con este colgajo naranja! Que seré una Diosa (que lo soy), ¡pero tampoco hago milagros!.
Hablo inglés, mi canción tiene ritmos griegos, tengo un tatuaje árabe, un novio sueco y bailarines caucásicos. Me tenían envidia. Está claro. Solo Andorra no ha cedido a las amenazas.
En fin, Sori, relájate. Intenta dormirte. No podrán contigo. No llores más (Hiperventilando). Nunca vuelvas a hacer caso a esas cuatro locas del myspace. Eres y seguirás siendo una diva. A Kate le pasó lo mismo y sigue triunfando.
(Hora y media, y ciento catorce vueltas en la cama después):
¡Mayte Marcos, Asquerosaaa!¡Es tu culpa!¡Qué dolor de cabeza! Esta noche definitivamente no es para mí…
15. El amigo en común
¡Qué alegría cuando me dijeron “vamos a la casa del Señor Paul”! Llevo ya varios meses sin ver a mi amo, toda una vida para un viejo perro como yo. Todavía recuerdo el momento de nuestra despedida, mis aullidos mientras arrastraba con mirada lastimera el hocico por la moqueta, suplicándole a la Señorita Kaye que lo perdonara, rogándole que siguiéramos como siempre, los tres juntos, jugando a la pelota en Los Pinares, o durmiendo en esa madriguera tan calentita que tanto usaban durante su prolongada época de celo.
¡Cómo echo de menos esos momentos! Ahora todo parece diferente. A mi ama sigue doliéndole que él la llamara “zorra”. Yo la entiendo. Los zorros no son de fiar. Eso estuvo mal. Al menos ella ha dado el primer paso de llamarle. Entre lágrimas le preguntó si quería acompañarnos al veterinario, que iban a ponerme una inyección. ¡Odio esas dichosas vacunas!
1- 2- 3- 4- 5-
2- 3- 4- 5- -
Campo - Mensajes: 1636
- Registrado: Vie, 23 Mar 2012, 22:16:16
16. La revisión del pie de loto
-“Estaba desperdiciando mis pies, por culpa de una práctica arcaica y de un erróneo concepto de estética” – explicaba Xiaoyan a su nieta-. “Nunca recuperé plenamente la movilidad”-se lamentaba-“Por suerte tú has podido viajar a Europa. Abrir nuevos horizontes. Huir de esta prefectura rural que tanto te ahogaba para labrarte tu propio futuro. Estoy muy orgullosa de ti”.
-“Xiè, Nǎinai. Nunca te agradeceré lo suficiente que intercedieras ante mi padre. Todos los días podremos hablar un rato a través de Skype. La libertad que se respira en este país es maravillosa. Ójala podamos reunirnos pronto. Te quiero”.
Tras despedirse de su abuela, Li se preparó para salir de casa. Sacó del armario sus nuevos zapatos de tacón de aguja y se los colocó cuidadosamente en sus delicados pies. Sin duda no era el calzado más cómodo, pero necesitaba estar deslumbrante en su entrevista de trabajo como secretaria en la multinacional.
17. En dirección contraria
Me ahogo en mis propias lágrimas, desplomada sobre mi cama, con la almohada como única compañía. Esta tarde lo he visto por primera vez desde que me dijo adiós. Estaba con otra, paseando por la Avenida, susurrándole algo al oído mientras ella reía como una loca. Llevaban bolsas de la compra. A él los ojos le brillaban. Nunca lo había visto tan guapo como hoy. Sigo echando de menos todo de él. Su boca, su voz, sus palabras. Un día, recostado mientras me abrazaba en este mismo colchón, me explicó por qué el amor era verdaderamente ciego:
"Nena"-decía-"Cuando nos enamoramos no vemos con claridad. Somos dependientes y la otra persona, nuestro lazarillo, puede guiarnos tanto a la felicidad como al precipicio".
Ahora, hundida en el fondo del abismo donde me empujó, me doy cuenta de que sigo sin poder quitarme la venda.
Me espera una noche muy larga.
18. Generaciones
-Le dieron calabazas y a la caza como última baza, una dama descalza pasó rozando como una bala sobre su lanza.
Desnudo, ceñudo, el Don Juan tozudo anduvo sesudo en busca de su maduro amor.
Mil mares recorrió, millones de mareas melladas por el perigeo lunar confabulaban, constantes, mellizas del mal mayor, llameantes, llamando al desastre, a la zozobra, al fracaso del escaso trazo del pincel del doncel, en el corazón de esa mujer...
-Abu..
-Dime, cariño.
-Solo quería que me contaras un cuento antes de acostarme- (entre lágrimas)
-Pues un cuento te estaba contando, mi vida.
-Esa historia me da miedo. Por favor, cambia a otra- (con ojos suplicantes)
-¿Qué quieres que te cuente?
- Algo de los Minions.
- ¿De qué?
- De...los Minions.
(Silencio incómodo)
- Arturito, es pronto todavía. Hoy el yayo te deja ver la tele un poco más.
19. Perecedero: Rápido y mortal
Vivo en una nevera. A oscuras. Rodeado de noxum inmundos que intentan repoblarme. Muy de vez en cuando Dios abre el portal del calor y es cuando se hace la luz. Nuevos inquilinos van integrándose en el grupo y a la par otros desaparecen. De algunos nunca volvemos a tener noticias. Otros son agarrados por la mano divina y devueltos al redil con mutilaciones o directamente fundidos en sus propios jugos corporales.
La mayoría vuelven trastornados y no se atreven a hablar. Todos tenemos la esperanza de que nuestro Dios algún día nos perdone y permita que accedamos al Reino de Hielo, que según cuenta la leyenda está justo encima de nuestro mundo. Allí las temperaturas son óptimas para nuestra supervivencia, pero son tan apenas unos pocos los privilegiados que han podido estar allá. La vida es tremendamente injusta. ¿Por qué no habré nacido Calippo de fresa?
20. ¿Jugamos?
-Hoy es un día perfecto para matar monstruos, cariño.
-¡Biennnnn! Vamoz a matar moztruos por fin. ¿Dónde eztán mami?
-Están dentro de papá. Coge esta pistola de vaquero del Oeste. Es tuya. Entra despacio en el cuarto, acércate a papá y apunta a su cabeza. Después dispara, tal y como te he enseñado estos últimos días. Es muy importante que papá siga durmiendo y no se entere de nada. Si se despierta los monstruos se escaparán y no ganaremos el juego ¿Lo has entendido todo?
-Zi, toooodo.
-Muy bien, mi vida. Confío en ti. Adelante.
Tras entrar el niño en la habitación, ella empezó a llorar desconsoladamente. De una maldita vez iban a terminar las palizas, el citalopram y la continúa sensación de pánico. A partir de ahora dedicaría todo su tiempo y sus esfuerzos en rehabilitarse y luchar por obtener algún día el perdón de su hijo.
-“Estaba desperdiciando mis pies, por culpa de una práctica arcaica y de un erróneo concepto de estética” – explicaba Xiaoyan a su nieta-. “Nunca recuperé plenamente la movilidad”-se lamentaba-“Por suerte tú has podido viajar a Europa. Abrir nuevos horizontes. Huir de esta prefectura rural que tanto te ahogaba para labrarte tu propio futuro. Estoy muy orgullosa de ti”.
-“Xiè, Nǎinai. Nunca te agradeceré lo suficiente que intercedieras ante mi padre. Todos los días podremos hablar un rato a través de Skype. La libertad que se respira en este país es maravillosa. Ójala podamos reunirnos pronto. Te quiero”.
Tras despedirse de su abuela, Li se preparó para salir de casa. Sacó del armario sus nuevos zapatos de tacón de aguja y se los colocó cuidadosamente en sus delicados pies. Sin duda no era el calzado más cómodo, pero necesitaba estar deslumbrante en su entrevista de trabajo como secretaria en la multinacional.
17. En dirección contraria
Me ahogo en mis propias lágrimas, desplomada sobre mi cama, con la almohada como única compañía. Esta tarde lo he visto por primera vez desde que me dijo adiós. Estaba con otra, paseando por la Avenida, susurrándole algo al oído mientras ella reía como una loca. Llevaban bolsas de la compra. A él los ojos le brillaban. Nunca lo había visto tan guapo como hoy. Sigo echando de menos todo de él. Su boca, su voz, sus palabras. Un día, recostado mientras me abrazaba en este mismo colchón, me explicó por qué el amor era verdaderamente ciego:
"Nena"-decía-"Cuando nos enamoramos no vemos con claridad. Somos dependientes y la otra persona, nuestro lazarillo, puede guiarnos tanto a la felicidad como al precipicio".
Ahora, hundida en el fondo del abismo donde me empujó, me doy cuenta de que sigo sin poder quitarme la venda.
Me espera una noche muy larga.
18. Generaciones
-Le dieron calabazas y a la caza como última baza, una dama descalza pasó rozando como una bala sobre su lanza.
Desnudo, ceñudo, el Don Juan tozudo anduvo sesudo en busca de su maduro amor.
Mil mares recorrió, millones de mareas melladas por el perigeo lunar confabulaban, constantes, mellizas del mal mayor, llameantes, llamando al desastre, a la zozobra, al fracaso del escaso trazo del pincel del doncel, en el corazón de esa mujer...
-Abu..
-Dime, cariño.
-Solo quería que me contaras un cuento antes de acostarme- (entre lágrimas)
-Pues un cuento te estaba contando, mi vida.
-Esa historia me da miedo. Por favor, cambia a otra- (con ojos suplicantes)
-¿Qué quieres que te cuente?
- Algo de los Minions.
- ¿De qué?
- De...los Minions.
(Silencio incómodo)
- Arturito, es pronto todavía. Hoy el yayo te deja ver la tele un poco más.
19. Perecedero: Rápido y mortal
Vivo en una nevera. A oscuras. Rodeado de noxum inmundos que intentan repoblarme. Muy de vez en cuando Dios abre el portal del calor y es cuando se hace la luz. Nuevos inquilinos van integrándose en el grupo y a la par otros desaparecen. De algunos nunca volvemos a tener noticias. Otros son agarrados por la mano divina y devueltos al redil con mutilaciones o directamente fundidos en sus propios jugos corporales.
La mayoría vuelven trastornados y no se atreven a hablar. Todos tenemos la esperanza de que nuestro Dios algún día nos perdone y permita que accedamos al Reino de Hielo, que según cuenta la leyenda está justo encima de nuestro mundo. Allí las temperaturas son óptimas para nuestra supervivencia, pero son tan apenas unos pocos los privilegiados que han podido estar allá. La vida es tremendamente injusta. ¿Por qué no habré nacido Calippo de fresa?
20. ¿Jugamos?
-Hoy es un día perfecto para matar monstruos, cariño.
-¡Biennnnn! Vamoz a matar moztruos por fin. ¿Dónde eztán mami?
-Están dentro de papá. Coge esta pistola de vaquero del Oeste. Es tuya. Entra despacio en el cuarto, acércate a papá y apunta a su cabeza. Después dispara, tal y como te he enseñado estos últimos días. Es muy importante que papá siga durmiendo y no se entere de nada. Si se despierta los monstruos se escaparán y no ganaremos el juego ¿Lo has entendido todo?
-Zi, toooodo.
-Muy bien, mi vida. Confío en ti. Adelante.
Tras entrar el niño en la habitación, ella empezó a llorar desconsoladamente. De una maldita vez iban a terminar las palizas, el citalopram y la continúa sensación de pánico. A partir de ahora dedicaría todo su tiempo y sus esfuerzos en rehabilitarse y luchar por obtener algún día el perdón de su hijo.
1- 2- 3- 4- 5-
2- 3- 4- 5- -
Campo - Mensajes: 1636
- Registrado: Vie, 23 Mar 2012, 22:16:16
21. Los últimos sementales
-"¿Negro? ¿Del todo? ¿Estás seguro?"
-"Sí, no tenía ningún órgano visible en la entrepierna, únicamente vello oscuro. Tenía además los pectorales hiperdesarrollados. Era el hombre más hermoso que he visto en mi vida..."
Los 25 hombres escuchaban atentamente en la playa el relato de C-24 sobre el nuevo habitante de la isla Faloide.
De repente, una voz resonó desde lo alto del acantilado:
-"Faloideos, yo no soy un hombre. Soy una mujer mensajera. Debido a vuestra perfecta condición genética, de bebés fuisteis raptados por la Secta Homosexual, y confinados entre bananeros. Tras una dura batalla, los Gays han sido derrotados. Una galera repleta de jovencitas vírgenes está ahora en camino para mostraros una nueva dimensión sexual y reproductiva".
Los faloideos empezaron a abrazarse y a jalear a su salvadora.
"Panda de estúpidos, ahora descubriréis la verdadera esclavitud", pensaba la mujer, mientras les lanzaba besos desde las alturas.
(CONTINUARÁ...)
-"¿Negro? ¿Del todo? ¿Estás seguro?"
-"Sí, no tenía ningún órgano visible en la entrepierna, únicamente vello oscuro. Tenía además los pectorales hiperdesarrollados. Era el hombre más hermoso que he visto en mi vida..."
Los 25 hombres escuchaban atentamente en la playa el relato de C-24 sobre el nuevo habitante de la isla Faloide.
De repente, una voz resonó desde lo alto del acantilado:
-"Faloideos, yo no soy un hombre. Soy una mujer mensajera. Debido a vuestra perfecta condición genética, de bebés fuisteis raptados por la Secta Homosexual, y confinados entre bananeros. Tras una dura batalla, los Gays han sido derrotados. Una galera repleta de jovencitas vírgenes está ahora en camino para mostraros una nueva dimensión sexual y reproductiva".
Los faloideos empezaron a abrazarse y a jalear a su salvadora.
"Panda de estúpidos, ahora descubriréis la verdadera esclavitud", pensaba la mujer, mientras les lanzaba besos desde las alturas.
(CONTINUARÁ...)
1- 2- 3- 4- 5-
2- 3- 4- 5- -
Campo - Mensajes: 1636
- Registrado: Vie, 23 Mar 2012, 22:16:16
Ahora mismo no me ha dado tiempo a leerlos, pero lo dejo pendiente, y si me permites pondré los mios también en este mismo post, así como mi 12 de cada edición. Lo de los 12 era algo que estaba pensado de hacer hace tiempo. Campo, me has leido la mente. 
-
7th 
- Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
He vuelto a releer todos los relatos de Campo, y dentro del nivelazo que siempre muestra, creo que me quedo con dos: el de la nevera y el de los planetas-
Aprovecho que tengo la tarde algo despejada y voy a recopilar y postear yo tembién todos los micros míos, y si me da tiempo también pondré mi 12 de cada edición.
Aprovecho que tengo la tarde algo despejada y voy a recopilar y postear yo tembién todos los micros míos, y si me da tiempo también pondré mi 12 de cada edición.
-
7th - Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
Relato (largo). ELIZABETH
¡Qué distinto ese pálido sol de octubre a aquellas soleadas nubes de mayo que se perseguían por cielo y tierra como niños traviesos!
¡Cómo cambiaría ese terror en tus ojos al verme caer por aquellos otros dulces que evitaban encontrarse con los míos por miedo a enamorarse!
¡Muy diferente esa oleada de curiosos a las verdes olas del viento sobre los campos de trigo!
¡No tus rodillas castigadas contra el suelo y mi espalda sobre el duro asfalto, si no la hierba húmeda y tierna que nos acunaba en aquella mañana primaveral!
¿Y qué me dices de los envites de nuestro hijo sobre mi pecho tratando de devolverme el aliento? ¡Nada que ver con aquellas caricias tuyas cuando me decías que me querías!
¡Tus amargas lágrimas y tus lamentos ni por asomo como tu risa clara e inocente, de joven enamorada!
¡Imposible comparar el eco lejano de mi vida que se apaga en mis oídos al estruendo de mi corazón al acelerarse cuando te vi aquel primer día!
¡Escúchame! ¡Nunca estaremos lejos, Elizabeth! ¡Nunca!
1. EL PUENTE DE LOS INTENTOS
La noche era un murmullo en sus oídos mientras la ciudad entera dormía a sus
espaldas. Un vacío desesperado se perdía bajo sus pies. Una brisa helada le cortó el
rostro. De sus ojos escaparon dos lágrimas furtivas cuando sus manos se aferraron al
borde de acero. Su cuerpo, pero no su alma, se inclinó hacia delante. Su voluntad se
estremeció con el rumor de la corriente que llegaba desde abajo. Al alba lo veréis de
nuevo vagando por las calles, cabizbajo, esperando que caiga la noche para volver al
puente de los intentos.
2. Coitus interruptus
La vida es impredecible, eso me gusta. Un ascensor. Una mirada de deseo. Un apagón. Oscuridad. Alientos que se entremezclan. Prendas que van cayendo. Unos labios bajando por mi vientre. Unas manos jugueteando con mi cremallera. De repente una voz metálica al otro lado:
- ¡Bomberos! ¡Apártense de la puerta, vamos a derribarla!
3. El sabor del veneno
Caldo de pollo y un poco de pan duro como ración diaria desde hacía semanas. Sin un vino que adulterar o unas legumbres en las que camuflar el sabor del veneno, a Paloma le iba a resultar más complicado de lo que imaginó en un principio. - "Los pobres lo tienen difícil hasta para matar" - suspiró mientras removía el contenido del caldero que humeaba en el fuego.
No lejos de allí a Ernesto se le hacía la boca agua pensando en el estofado que su mujer prepararía con el conejo que acababa de estrangular con sus propias manos.
4. Trabajad en grupo
La sombra del dragón cubría toda la aldea y buena parte del bosque, ambos obra suya.
Con mucho esfuerzo y horas de dedicación, y sin la ayuda de su padre, fi nalmente lo había conseguido uniendo cientos de palillos a trozos de cartón verde a modo de frondosas copas. Aún tenía restos de pegamento seco en sus yemas.
Mientras el dragón se convertía en una bola de celulosa multicolor estrujada entre sus dedos pensó rabiosa que un asqueroso ser alado de cartulina no podía eclipsar su porción de gloria en la maqueta que acababan de montar en el aula de plástica.
5. AUTOBIOGRAFÍA
Se me cerraron los ojos aún con el libro abierto. No es que mis párpados fueran cayendo lentamente dejando entrar cada vez menos luz a mi retina hasta precipitarme a un sueño profundo, si no que leía cada línea con tanta avidez que fui incapaz de verlo. No quería aceptarlo. Me cegó el ansia de encontrar esa esperada referencia hacia mi persona.
Última página, último párrafo, última frase, última palabra, punto y final. La realidad me golpeó con toda su crudeza: no había significado nada para él, ni siquiera para mal.
Ya con los ojos abiertos cerré el libro.
¡Qué distinto ese pálido sol de octubre a aquellas soleadas nubes de mayo que se perseguían por cielo y tierra como niños traviesos!
¡Cómo cambiaría ese terror en tus ojos al verme caer por aquellos otros dulces que evitaban encontrarse con los míos por miedo a enamorarse!
¡Muy diferente esa oleada de curiosos a las verdes olas del viento sobre los campos de trigo!
¡No tus rodillas castigadas contra el suelo y mi espalda sobre el duro asfalto, si no la hierba húmeda y tierna que nos acunaba en aquella mañana primaveral!
¿Y qué me dices de los envites de nuestro hijo sobre mi pecho tratando de devolverme el aliento? ¡Nada que ver con aquellas caricias tuyas cuando me decías que me querías!
¡Tus amargas lágrimas y tus lamentos ni por asomo como tu risa clara e inocente, de joven enamorada!
¡Imposible comparar el eco lejano de mi vida que se apaga en mis oídos al estruendo de mi corazón al acelerarse cuando te vi aquel primer día!
¡Escúchame! ¡Nunca estaremos lejos, Elizabeth! ¡Nunca!
1. EL PUENTE DE LOS INTENTOS
La noche era un murmullo en sus oídos mientras la ciudad entera dormía a sus
espaldas. Un vacío desesperado se perdía bajo sus pies. Una brisa helada le cortó el
rostro. De sus ojos escaparon dos lágrimas furtivas cuando sus manos se aferraron al
borde de acero. Su cuerpo, pero no su alma, se inclinó hacia delante. Su voluntad se
estremeció con el rumor de la corriente que llegaba desde abajo. Al alba lo veréis de
nuevo vagando por las calles, cabizbajo, esperando que caiga la noche para volver al
puente de los intentos.
2. Coitus interruptus
La vida es impredecible, eso me gusta. Un ascensor. Una mirada de deseo. Un apagón. Oscuridad. Alientos que se entremezclan. Prendas que van cayendo. Unos labios bajando por mi vientre. Unas manos jugueteando con mi cremallera. De repente una voz metálica al otro lado:
- ¡Bomberos! ¡Apártense de la puerta, vamos a derribarla!
3. El sabor del veneno
Caldo de pollo y un poco de pan duro como ración diaria desde hacía semanas. Sin un vino que adulterar o unas legumbres en las que camuflar el sabor del veneno, a Paloma le iba a resultar más complicado de lo que imaginó en un principio. - "Los pobres lo tienen difícil hasta para matar" - suspiró mientras removía el contenido del caldero que humeaba en el fuego.
No lejos de allí a Ernesto se le hacía la boca agua pensando en el estofado que su mujer prepararía con el conejo que acababa de estrangular con sus propias manos.
4. Trabajad en grupo
La sombra del dragón cubría toda la aldea y buena parte del bosque, ambos obra suya.
Con mucho esfuerzo y horas de dedicación, y sin la ayuda de su padre, fi nalmente lo había conseguido uniendo cientos de palillos a trozos de cartón verde a modo de frondosas copas. Aún tenía restos de pegamento seco en sus yemas.
Mientras el dragón se convertía en una bola de celulosa multicolor estrujada entre sus dedos pensó rabiosa que un asqueroso ser alado de cartulina no podía eclipsar su porción de gloria en la maqueta que acababan de montar en el aula de plástica.
5. AUTOBIOGRAFÍA
Se me cerraron los ojos aún con el libro abierto. No es que mis párpados fueran cayendo lentamente dejando entrar cada vez menos luz a mi retina hasta precipitarme a un sueño profundo, si no que leía cada línea con tanta avidez que fui incapaz de verlo. No quería aceptarlo. Me cegó el ansia de encontrar esa esperada referencia hacia mi persona.
Última página, último párrafo, última frase, última palabra, punto y final. La realidad me golpeó con toda su crudeza: no había significado nada para él, ni siquiera para mal.
Ya con los ojos abiertos cerré el libro.
-
7th - Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
6. Práctica nº 28
Las manos no dejaban de temblarme; la izquierda aferrada al volante como
garra de velocirrraptor con Parkinson, y la derecha apoyada ligeramente sobre la
palanca de cambio, como si temiese transmitir mi nerviosismo al cuero que la
recubría. El ruido del motor en punto muerto me resultaba ensordecedor. La
presencia de una larga fila de coches detrás, inaguantable. El rojo del semáforo,
a pesar de ser una mañana luminosa, me hería los ojos. De pronto: rojo… ámbar…
¡verde! Pisé a fondo el embrague con el pie izquierdo, que parecía tener vida
propia, al tiempo que mi mano derecha empuñaba la palanca para meter la primera
velocidad. Finalmente una sacudida brusca, el ruido ensordecedor que cesa, un
clamor de bocinas que nos envuelve, y a mi lado un suspiro de resignación de mi
monitora de autoescuela:
- Niño, si a estas alturas todavía metemos tercera en vez de primera, mal
vamos…
7. Final de Copa
¡Odio al correcaminos, al coyote, a Silvestre, a Piolín, a la vieja dueña de Piolín y a la madre que parió a todos los personajes de la Warner! ¿Quién me mandaría a mí hacer de Madre Teresa de Calcuta cuando, sin medir las consecuencias, me ofrecí para hacerme cargo de mi sobrino para que mi hermano y mi cuñada se fuesen de fin de semana a Cuenca para intentar salvar su matrimonio?
- Tranquilos, yo me quedo con Alejandro. El sábado me lo llevo de pesca al campo, y el domingo al parque de la Warner, que se lo tengo prometido hace mucho – recuerdo haber dicho aquella maldita tarde mientras al pequeño se le iluminaba la cara de ilusión.
Mientras destapo la cámara para hacerle la enésima foto con Bugs Bunny oigo por el pinganillo el cuarto gol del Atleti en la final a la que tanto deseaba asistir.
8. CO
La noche era fría, aunque algo menos dentro de la vieja barca fondeada en la orilla. La madera como colchón, una lona raída como sábana y la luna como único testigo. Se habían conocido dos días antes: amigos en común, fin de semana en un camping junto al lago, flechazo, química y finalmente un deseo irreprimible. Ahora que fundían sus cuerpos por segunda vez Javier lamentaba haber esperado hasta el último día para lanzarse.
Cuando ya ni siquiera un cigarrillo tras otro los hacía entrar en calor decidieron volver junto a los otros. De camino a la cabaña María le comentó que esa noche sí
pondría la estufa a todo gas, por mucho que disparase el presupuesto que entre todos habían acordado el viernes.
No fue necesario. Dentro yacían inertes siete jóvenes, uno de ellos en el suelo, muy cerca de la puerta. La muerte dulce la llaman.
9. Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia
Sin pensárselo dos veces, puso en marcha la máquina del tiempo en la que su mente se había convertido tras la larga y retorcida pregunta del juez. El ruido de los flashes y los continuos intentos por sacarle alguna declaración por parte de los incisivos periodistas que estaban apostados en la puerta aún eran un eco lejano en su orgullo real, pero descendiendo por el tobogán de los recuerdos se vio a sí misma, pluma en mano, firmando aquellas facturas que el cumpleaños de Juan Valentín había generado: catering, regalos, payasos… A su lado Iñaki sonreía y se frotaba las manos como si estuvieran en un iglú en vez de en el despacho del palacete barcelonés en pleno verano.
Al bajar la cabeza para responder a media voz se percató de que ese día las venas de sus muñecas eran algo menos azules.
-No me consta, señor juez.
10. Cría cuervos…
El Sol decidió convocar a todos los planetas para anunciarles que la siguiente tormenta sería la definitiva. No más avisos, ni más prórrogas, ni más plazos, ni más lengüetazos incandescentes a modo de advertencia. No le importaba chamuscar gravemente a su fiel Venus si con ello lograba salvar al resto del afán expansionista de los terrícolas, que desde hacía décadas trabajaban en un proyecto de colonización de Marte, violando de este modo las leyes más básicas del derecho interplanetario. Además el astro rey se guardaba un as en la manga: la posible readmisión al “Club de los Grandes” de Plutón en caso de que se pasara de rosca y su aliento mortífero acabara engullendo a Mercurio en su intento de acabar con todos los sistemas electrónicos de los voraces habitantes del planeta azul.
Las manos no dejaban de temblarme; la izquierda aferrada al volante como
garra de velocirrraptor con Parkinson, y la derecha apoyada ligeramente sobre la
palanca de cambio, como si temiese transmitir mi nerviosismo al cuero que la
recubría. El ruido del motor en punto muerto me resultaba ensordecedor. La
presencia de una larga fila de coches detrás, inaguantable. El rojo del semáforo,
a pesar de ser una mañana luminosa, me hería los ojos. De pronto: rojo… ámbar…
¡verde! Pisé a fondo el embrague con el pie izquierdo, que parecía tener vida
propia, al tiempo que mi mano derecha empuñaba la palanca para meter la primera
velocidad. Finalmente una sacudida brusca, el ruido ensordecedor que cesa, un
clamor de bocinas que nos envuelve, y a mi lado un suspiro de resignación de mi
monitora de autoescuela:
- Niño, si a estas alturas todavía metemos tercera en vez de primera, mal
vamos…
7. Final de Copa
¡Odio al correcaminos, al coyote, a Silvestre, a Piolín, a la vieja dueña de Piolín y a la madre que parió a todos los personajes de la Warner! ¿Quién me mandaría a mí hacer de Madre Teresa de Calcuta cuando, sin medir las consecuencias, me ofrecí para hacerme cargo de mi sobrino para que mi hermano y mi cuñada se fuesen de fin de semana a Cuenca para intentar salvar su matrimonio?
- Tranquilos, yo me quedo con Alejandro. El sábado me lo llevo de pesca al campo, y el domingo al parque de la Warner, que se lo tengo prometido hace mucho – recuerdo haber dicho aquella maldita tarde mientras al pequeño se le iluminaba la cara de ilusión.
Mientras destapo la cámara para hacerle la enésima foto con Bugs Bunny oigo por el pinganillo el cuarto gol del Atleti en la final a la que tanto deseaba asistir.
8. CO
La noche era fría, aunque algo menos dentro de la vieja barca fondeada en la orilla. La madera como colchón, una lona raída como sábana y la luna como único testigo. Se habían conocido dos días antes: amigos en común, fin de semana en un camping junto al lago, flechazo, química y finalmente un deseo irreprimible. Ahora que fundían sus cuerpos por segunda vez Javier lamentaba haber esperado hasta el último día para lanzarse.
Cuando ya ni siquiera un cigarrillo tras otro los hacía entrar en calor decidieron volver junto a los otros. De camino a la cabaña María le comentó que esa noche sí
pondría la estufa a todo gas, por mucho que disparase el presupuesto que entre todos habían acordado el viernes.
No fue necesario. Dentro yacían inertes siete jóvenes, uno de ellos en el suelo, muy cerca de la puerta. La muerte dulce la llaman.
9. Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia
Sin pensárselo dos veces, puso en marcha la máquina del tiempo en la que su mente se había convertido tras la larga y retorcida pregunta del juez. El ruido de los flashes y los continuos intentos por sacarle alguna declaración por parte de los incisivos periodistas que estaban apostados en la puerta aún eran un eco lejano en su orgullo real, pero descendiendo por el tobogán de los recuerdos se vio a sí misma, pluma en mano, firmando aquellas facturas que el cumpleaños de Juan Valentín había generado: catering, regalos, payasos… A su lado Iñaki sonreía y se frotaba las manos como si estuvieran en un iglú en vez de en el despacho del palacete barcelonés en pleno verano.
Al bajar la cabeza para responder a media voz se percató de que ese día las venas de sus muñecas eran algo menos azules.
-No me consta, señor juez.
10. Cría cuervos…
El Sol decidió convocar a todos los planetas para anunciarles que la siguiente tormenta sería la definitiva. No más avisos, ni más prórrogas, ni más plazos, ni más lengüetazos incandescentes a modo de advertencia. No le importaba chamuscar gravemente a su fiel Venus si con ello lograba salvar al resto del afán expansionista de los terrícolas, que desde hacía décadas trabajaban en un proyecto de colonización de Marte, violando de este modo las leyes más básicas del derecho interplanetario. Además el astro rey se guardaba un as en la manga: la posible readmisión al “Club de los Grandes” de Plutón en caso de que se pasara de rosca y su aliento mortífero acabara engullendo a Mercurio en su intento de acabar con todos los sistemas electrónicos de los voraces habitantes del planeta azul.
Última edición por 7th el Dom, 21 Ago 2016, 17:41:53, editado 1 vez en total
-
7th - Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
11. El paraíso recobrado
Me desperté en lo que parecía una isla desierta.
Sustantivos colgaban de las palmeras como cocos resistiéndose a caer rendidos ante la fuerza de la gravedad, ante la ley de la palabra.
Verbos me acariciaban las plantas de los pies como olas que van y vienen arrastrando
despreocupadamente conchas, algas y acciones. Restos del naufragio literario.
Adverbios y adjetivos se instalaban en mis ojos y en mi piel como la sal que viaja en la brisa marina y que escuece como un verso atravesado.
Conjunciones y preposiciones volaban a horcajadas sobre gaviotas que huyen mar adentro en busca de otras costas, de otros tinteros.
Mas, cuando todo parecía perdido y mi destino una eterna e infructuosa lucha contra el papel en blanco, levanté los ojos y, todavía cegado por el atardecer, divisé en el horizonte las velas de la inspiración, que venía puntual al rescate de este naufrago-poeta.
12. No eras tú - Eras-mus
Como una guitarra en la noche: inspiradora a la par que desgarradora. Así fue nuestra despedida. Con cada acorde un adiós en las esquinas de aquella ciudad que nos acogió durante meses y que nos enseñó a amar, a añorar, a compartir. Aún nos recuerdo a los tres cogidos de la cintura subiendo por la calle que nos llevaba a la colina de los frailes. La niebla nos arropaba, la cerveza nos dibujaba una sonrisa permanente, los ladridos de los perros se unían a la fiesta del adiós, de nuestras bocas escapaban infundadas promesas de futuros reencuentros. Sin dudarlo repetiría aquella sinfonía agridulce cuyo fin fue ese solo de guitarra en la última noche.
13. El Antipadre Sarrak
- Bonito día para un exorcismo– dijo Sarrak abrochándose el último botón de la sotana blanca. El alzacuellos negro destacaba bajo su mentón.
Sus ojos, normalmente inyectados en sangre y rodeados de un cerco morado, lucían brillantes, llenos vida, como si llevase días durmiendo a placer. Su rictus serio había sido sustituido por una sonrisa permanente, algo normal tras varias sesiones con el afectado.
– Ahora debo ser fuerte – pensó al entrar en la luminosa habitación. Horrorizado, comprobó que el poseído, desde su mullida cama, lo miraba con rostro bondadoso. Había empeorado desde su última visita: tenía en sus manos un catecismo, un rosario colgaba de su cuello y recitaba en voz alta y armoniosa esta blasfemia: “Paternostrum…”
Sacó del bolsillo de la sotana una pata de cabra, la alzó y, reprimiendo una sonrisa, comenzó el exorcismo:
- Cristo, en nombre de Satán te ordeno que salgas de este cuerpo…
14. TOC
¡Once! ¡Sólo había once uvas! Número impar y además de diferentes tamaños, y eso que mi hermano sabe de sobra que me gusta ver seis a cada lado, perfectamente alineadas con el dibujo del plato. Seguro que fue idea de la bruja de mi cuñada, para sacarme de mis casillas. Para más inri, al levantar la vista en un gesto de desaprobación, me fijé en que uno de los cuadros de comunión de los niños estaba ladeado. No pude evitar estar toda la noche mirando semejante desajuste. Ni siquiera pude concentrarme en las explicaciones que iba dando Ramontxu sobre bolas que caen, cuartos, campanadas… Pero la gota que colmó el vaso fue cuando en el baño descubrí un tubo de pasta de dientes espachurrado por la mitad, y no por la parte de abajo. Me costó tres días de terapia doméstica ordenando y reordenando mi colección de miniaturas de cristal.
15. Niño de ciudad
Siempre supe que era mentira. Aun así cada año me dejaba engatusar por los amigos del pueblo para acompañarlos a “la caza del gamusino”. Linterna en mano, salíamos por la última callejuela hacia el campo, hasta llegar a la alameda donde supuestamente correteaban los mágicos animalillos. - Un, dos, tres y cuatro… ¡gamusino al saco! – solía cantar el más gallito de la pandilla, al tiempo que me echaban un saco por la cabeza y lo ataban a la altura de mis rodillas. Después de eso todo eran risas y burlas cariñosas hacía mí, que duraban todo el verano. Ya liberado de mi trampa de tela, volvíamos juntos hacia el pueblo bajo un cielo que se caía de estrellas, algo impensable en la gran ciudad, y con la certeza de que en el inicio del siguiente verano estaría de nuevo encantado de dejarme engañar por ellos.
Me desperté en lo que parecía una isla desierta.
Sustantivos colgaban de las palmeras como cocos resistiéndose a caer rendidos ante la fuerza de la gravedad, ante la ley de la palabra.
Verbos me acariciaban las plantas de los pies como olas que van y vienen arrastrando
despreocupadamente conchas, algas y acciones. Restos del naufragio literario.
Adverbios y adjetivos se instalaban en mis ojos y en mi piel como la sal que viaja en la brisa marina y que escuece como un verso atravesado.
Conjunciones y preposiciones volaban a horcajadas sobre gaviotas que huyen mar adentro en busca de otras costas, de otros tinteros.
Mas, cuando todo parecía perdido y mi destino una eterna e infructuosa lucha contra el papel en blanco, levanté los ojos y, todavía cegado por el atardecer, divisé en el horizonte las velas de la inspiración, que venía puntual al rescate de este naufrago-poeta.
12. No eras tú - Eras-mus
Como una guitarra en la noche: inspiradora a la par que desgarradora. Así fue nuestra despedida. Con cada acorde un adiós en las esquinas de aquella ciudad que nos acogió durante meses y que nos enseñó a amar, a añorar, a compartir. Aún nos recuerdo a los tres cogidos de la cintura subiendo por la calle que nos llevaba a la colina de los frailes. La niebla nos arropaba, la cerveza nos dibujaba una sonrisa permanente, los ladridos de los perros se unían a la fiesta del adiós, de nuestras bocas escapaban infundadas promesas de futuros reencuentros. Sin dudarlo repetiría aquella sinfonía agridulce cuyo fin fue ese solo de guitarra en la última noche.
13. El Antipadre Sarrak
- Bonito día para un exorcismo– dijo Sarrak abrochándose el último botón de la sotana blanca. El alzacuellos negro destacaba bajo su mentón.
Sus ojos, normalmente inyectados en sangre y rodeados de un cerco morado, lucían brillantes, llenos vida, como si llevase días durmiendo a placer. Su rictus serio había sido sustituido por una sonrisa permanente, algo normal tras varias sesiones con el afectado.
– Ahora debo ser fuerte – pensó al entrar en la luminosa habitación. Horrorizado, comprobó que el poseído, desde su mullida cama, lo miraba con rostro bondadoso. Había empeorado desde su última visita: tenía en sus manos un catecismo, un rosario colgaba de su cuello y recitaba en voz alta y armoniosa esta blasfemia: “Paternostrum…”
Sacó del bolsillo de la sotana una pata de cabra, la alzó y, reprimiendo una sonrisa, comenzó el exorcismo:
- Cristo, en nombre de Satán te ordeno que salgas de este cuerpo…
14. TOC
¡Once! ¡Sólo había once uvas! Número impar y además de diferentes tamaños, y eso que mi hermano sabe de sobra que me gusta ver seis a cada lado, perfectamente alineadas con el dibujo del plato. Seguro que fue idea de la bruja de mi cuñada, para sacarme de mis casillas. Para más inri, al levantar la vista en un gesto de desaprobación, me fijé en que uno de los cuadros de comunión de los niños estaba ladeado. No pude evitar estar toda la noche mirando semejante desajuste. Ni siquiera pude concentrarme en las explicaciones que iba dando Ramontxu sobre bolas que caen, cuartos, campanadas… Pero la gota que colmó el vaso fue cuando en el baño descubrí un tubo de pasta de dientes espachurrado por la mitad, y no por la parte de abajo. Me costó tres días de terapia doméstica ordenando y reordenando mi colección de miniaturas de cristal.
15. Niño de ciudad
Siempre supe que era mentira. Aun así cada año me dejaba engatusar por los amigos del pueblo para acompañarlos a “la caza del gamusino”. Linterna en mano, salíamos por la última callejuela hacia el campo, hasta llegar a la alameda donde supuestamente correteaban los mágicos animalillos. - Un, dos, tres y cuatro… ¡gamusino al saco! – solía cantar el más gallito de la pandilla, al tiempo que me echaban un saco por la cabeza y lo ataban a la altura de mis rodillas. Después de eso todo eran risas y burlas cariñosas hacía mí, que duraban todo el verano. Ya liberado de mi trampa de tela, volvíamos juntos hacia el pueblo bajo un cielo que se caía de estrellas, algo impensable en la gran ciudad, y con la certeza de que en el inicio del siguiente verano estaría de nuevo encantado de dejarme engañar por ellos.
-
7th - Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
16. Podéis ir en paz
- “Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor, ya están pisando nuestro pies tus umbrales…”
No pude escuchar las últimas frases de la canción porque ya estaba fuera. Mi hija me había dejado sola en el banco para ir a tomar la comunión y fue entonces cuando aproveché para escabullirme entre los feligreses y salir por la puerta lateral, la que daba a la calle que baja hasta la plaza. Allí estaba esperándome Antonio con el motor de su Ford Courier encendido. Nos miramos y sonreímos cuando al salir de la última rotonda una de las ruedas derrapó en el asfalto. Atrás dejaba a la superabuela, a la viuda, a la beata. Por delante simplemente una autopista hacia la segunda juventud.
17. Periodismo
Estaba desperdiciando mis pies de foto con tanto comentario adulador, o eso me hacían
creer mis compañeros de redacción. Que si la carismática alcaldesa se da un baño de
masas en la inauguración del nuevo pipi can, que si la visita del flamante Presidente
de la Diputación paralizó el barrio, que si las nuevas espectaculares rotondas en el
polígono industrial darán fluidez al tráfico de la zona... La ú ltima de esta misma
mañana: “Un apretón de manos para garantizar la prosperidad de nuestra ciudad”, podía
leerse debajo de una foto del concejal de urbanismo estrechando la mano al presidente
de una conocida constructora. Las caras de póquer de algunos en el periódico cuando lo
leyeron fueron legendarias. Así seguirán las cosas mientras no haya un cambio en el
ayuntamiento tras las elecciones.
18. Safugga
“¡Me ahogo, me ahogo!”, intentaba decir mientras chapoteaba y braceaba entre metros de tul blanco, pero el equipo de rodaje solo podía leer en sus labios: “These teardro-o-ops, that drip drop, drip drop…” En uno de sus intentos por salir a la superficie su cabeza emergió envuelta por la chorreante tela. Fue entonces cuando no faltaron rescatadores para sacar del apuro a la artista. Entre lágrimas miró a su representante, que desde el borde daba indicaciones al cámara para que hiciese un zoom de la cara de susto de la diva azerí. El top 5, como mínimo, estaba cada vez más cerca.
19. Pagafantas
Le dieron calabazas muchas veces pero él nunca se rendía.
Era el que siempre estaba ahí cuando discutía con sus padres o con su novio; el que se
ofrecía a llevar el coche cuando iban de marcha a algún pueblo cercano; el que le mandaba mensajes a las 00:01 de la madrugada de cada 7 de septiembre para ser el primero en felicitarla…
Sus “eres el mejor amigo del mudo” o “contigo se puede hablar de todo” eran como
gasolina que alimentaba sus esperanzas. Incluso un día en la que ella llevaba varios mojitos de más se atrevió a cogerle de la muñeca y decirle que la quería, pero su reacción era siempre la misma, de gratitud.Anoche recibió un mensaje en el que le pedía que fuera su testigo de boda.
Por supuesto que él acepto, y además se ofreció para leer la segunda lectura durante la misa.
20. Bodas de plata
- Vivo en una nevera conyugal, Puri.
- Pero qué fina te pones a veces, Antonia. Ni que Juan y tú os metierais en el frigorífico cuando os da el subidón.
- ¡El subidón, dice! A ese no se le sube nada desde que a Sabrina se le salió la teta en Nochevieja.
- Anda que… ¡a burra no te gana nadie! ¿No has probado eso del video que dijimos?
- Yo ya no tengo ganas de video ni de nada. Si es que lo veo ahí todo chuchurrío en el sofá… con esos pelos asomando por la orejas… te lo puedes imaginar… yo creo que le estoy cogiendo asco…
- Venga ya, mujer. Juan no es que sea Bertín Osborne, pero el que tuvo, retuvo...
- No sé, no sé… Bueno, te dejo que éste estará a punto de llegar. Mañana echamos otro ratito. Adios Puri.
- Adios Antonia
21. Tiran piedras
Hoy es un día perfecto.
Llueve, mas escampará y el verde de la hierba será más intenso.
Lloras, pero tus lágrimas inundarán y borrarán el dolor.
Tiran piedras: te harán más resistente.
Tropiezas y en la caída encontrarás lo que andabas buscando.
Luchas y sangras, luego existes.
Acaba el día, sin embargo los pájaros de la noche te dirán lo que no sabes.
Vive.
Ama.
Sueña.
Grita.
Aprende.
Siente.
Respira.
Baila.
Añora.
Muere.
22. El invierno de los infantes
¿Negro? No, era algo más que eso. Demoniaco. Esa era la mejor definición para un corazón que no salta desbocado en el pecho después de cometer tales atrocidades, que no alberga nada de luz.
Con la misma frialdad con la que despidió a su hermano Otoño, golpeó repetidas veces el tierno cuerpo del infante con su martillo de hielo, implacable, como si fuera de forja. Ya era una rutina.
El lamento de la madre junto al hogar ceniciento era una melodía lejana cuando divisó la siguiente granja entre la blancura de la nieve, que caía impávida sobre el mundo conocido.
23. El tirador
Me gustan los canis. Son un blanco fácil. Pasan en bandada por mitad de la calle como si les perteciera. Con sus pantalones ajustados, sucios en la culera de estar todo el día sentados en el bordillo del parque. Los tatuajes y los piercings que no falten. ¡Menuda fauna! Una vez le di a uno justo en la visera de la gorra. Era un día de niebla. ¡Y el tontocoño llevaba gorra y gafas de sol como si fuera por Écija en plena siesta veraniega! Ese estuvo a punto de verme, pero me dio tiempo a parapetarme detrás de la cortina. Aproveché para dejar sobre la cama mi escopeta de aire comprimido y bajar a la cocina a por otra bolsa de sal gorda. Por 60 céntimos, varias semanas de diversión. Los hipsters y sus tobillos al descubierto serán mi nuevo reto. Sí, dejemos a los canis por una temporada.
- “Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor, ya están pisando nuestro pies tus umbrales…”
No pude escuchar las últimas frases de la canción porque ya estaba fuera. Mi hija me había dejado sola en el banco para ir a tomar la comunión y fue entonces cuando aproveché para escabullirme entre los feligreses y salir por la puerta lateral, la que daba a la calle que baja hasta la plaza. Allí estaba esperándome Antonio con el motor de su Ford Courier encendido. Nos miramos y sonreímos cuando al salir de la última rotonda una de las ruedas derrapó en el asfalto. Atrás dejaba a la superabuela, a la viuda, a la beata. Por delante simplemente una autopista hacia la segunda juventud.
17. Periodismo
Estaba desperdiciando mis pies de foto con tanto comentario adulador, o eso me hacían
creer mis compañeros de redacción. Que si la carismática alcaldesa se da un baño de
masas en la inauguración del nuevo pipi can, que si la visita del flamante Presidente
de la Diputación paralizó el barrio, que si las nuevas espectaculares rotondas en el
polígono industrial darán fluidez al tráfico de la zona... La ú ltima de esta misma
mañana: “Un apretón de manos para garantizar la prosperidad de nuestra ciudad”, podía
leerse debajo de una foto del concejal de urbanismo estrechando la mano al presidente
de una conocida constructora. Las caras de póquer de algunos en el periódico cuando lo
leyeron fueron legendarias. Así seguirán las cosas mientras no haya un cambio en el
ayuntamiento tras las elecciones.
18. Safugga
“¡Me ahogo, me ahogo!”, intentaba decir mientras chapoteaba y braceaba entre metros de tul blanco, pero el equipo de rodaje solo podía leer en sus labios: “These teardro-o-ops, that drip drop, drip drop…” En uno de sus intentos por salir a la superficie su cabeza emergió envuelta por la chorreante tela. Fue entonces cuando no faltaron rescatadores para sacar del apuro a la artista. Entre lágrimas miró a su representante, que desde el borde daba indicaciones al cámara para que hiciese un zoom de la cara de susto de la diva azerí. El top 5, como mínimo, estaba cada vez más cerca.
19. Pagafantas
Le dieron calabazas muchas veces pero él nunca se rendía.
Era el que siempre estaba ahí cuando discutía con sus padres o con su novio; el que se
ofrecía a llevar el coche cuando iban de marcha a algún pueblo cercano; el que le mandaba mensajes a las 00:01 de la madrugada de cada 7 de septiembre para ser el primero en felicitarla…
Sus “eres el mejor amigo del mudo” o “contigo se puede hablar de todo” eran como
gasolina que alimentaba sus esperanzas. Incluso un día en la que ella llevaba varios mojitos de más se atrevió a cogerle de la muñeca y decirle que la quería, pero su reacción era siempre la misma, de gratitud.Anoche recibió un mensaje en el que le pedía que fuera su testigo de boda.
Por supuesto que él acepto, y además se ofreció para leer la segunda lectura durante la misa.
20. Bodas de plata
- Vivo en una nevera conyugal, Puri.
- Pero qué fina te pones a veces, Antonia. Ni que Juan y tú os metierais en el frigorífico cuando os da el subidón.
- ¡El subidón, dice! A ese no se le sube nada desde que a Sabrina se le salió la teta en Nochevieja.
- Anda que… ¡a burra no te gana nadie! ¿No has probado eso del video que dijimos?
- Yo ya no tengo ganas de video ni de nada. Si es que lo veo ahí todo chuchurrío en el sofá… con esos pelos asomando por la orejas… te lo puedes imaginar… yo creo que le estoy cogiendo asco…
- Venga ya, mujer. Juan no es que sea Bertín Osborne, pero el que tuvo, retuvo...
- No sé, no sé… Bueno, te dejo que éste estará a punto de llegar. Mañana echamos otro ratito. Adios Puri.
- Adios Antonia
21. Tiran piedras
Hoy es un día perfecto.
Llueve, mas escampará y el verde de la hierba será más intenso.
Lloras, pero tus lágrimas inundarán y borrarán el dolor.
Tiran piedras: te harán más resistente.
Tropiezas y en la caída encontrarás lo que andabas buscando.
Luchas y sangras, luego existes.
Acaba el día, sin embargo los pájaros de la noche te dirán lo que no sabes.
Vive.
Ama.
Sueña.
Grita.
Aprende.
Siente.
Respira.
Baila.
Añora.
Muere.
22. El invierno de los infantes
¿Negro? No, era algo más que eso. Demoniaco. Esa era la mejor definición para un corazón que no salta desbocado en el pecho después de cometer tales atrocidades, que no alberga nada de luz.
Con la misma frialdad con la que despidió a su hermano Otoño, golpeó repetidas veces el tierno cuerpo del infante con su martillo de hielo, implacable, como si fuera de forja. Ya era una rutina.
El lamento de la madre junto al hogar ceniciento era una melodía lejana cuando divisó la siguiente granja entre la blancura de la nieve, que caía impávida sobre el mundo conocido.
23. El tirador
Me gustan los canis. Son un blanco fácil. Pasan en bandada por mitad de la calle como si les perteciera. Con sus pantalones ajustados, sucios en la culera de estar todo el día sentados en el bordillo del parque. Los tatuajes y los piercings que no falten. ¡Menuda fauna! Una vez le di a uno justo en la visera de la gorra. Era un día de niebla. ¡Y el tontocoño llevaba gorra y gafas de sol como si fuera por Écija en plena siesta veraniega! Ese estuvo a punto de verme, pero me dio tiempo a parapetarme detrás de la cortina. Aproveché para dejar sobre la cama mi escopeta de aire comprimido y bajar a la cocina a por otra bolsa de sal gorda. Por 60 céntimos, varias semanas de diversión. Los hipsters y sus tobillos al descubierto serán mi nuevo reto. Sí, dejemos a los canis por una temporada.
-
7th - Mensajes: 3867
- Registrado: Dom, 30 Oct 2011, 00:37:02
- Ubicación: Buceando en la Historia
He cambiado el título del post, por si alguien más quiere colgar los suyos.
De los tuyos, 7th, me gusta mucho tu micro de tu primera edición, en la que yo no estuve. Luego hay otros geniales, como "Trabajad en grupo" (niña maléfica... Muajaja), " El paraíso recobrado", "El antipadre Sarrak"...Sin ir más lejos, aunque esta última edición fue más floja, tu micro de " El tirador" me encantó.
Estad atentos a vuestras pantallas. El pistoletazo de salida a la próxima edición está muy cerca. Además va a haber cambios, aviso...
De los tuyos, 7th, me gusta mucho tu micro de tu primera edición, en la que yo no estuve. Luego hay otros geniales, como "Trabajad en grupo" (niña maléfica... Muajaja), " El paraíso recobrado", "El antipadre Sarrak"...Sin ir más lejos, aunque esta última edición fue más floja, tu micro de " El tirador" me encantó.
Estad atentos a vuestras pantallas. El pistoletazo de salida a la próxima edición está muy cerca. Además va a haber cambios, aviso...
1- 2- 3- 4- 5-
2- 3- 4- 5- -
Campo - Mensajes: 1636
- Registrado: Vie, 23 Mar 2012, 22:16:16
12 mensajes
• Página 1 de 1
 | Eurovision.tv Página oficial del ESC |  | VivaEurovision Portal sobre el Festival de Eurovisión |
 | Eurovision-Spain Web de noticias sobre Eurovisión |  | Ogae Spain Club de Fans de Eurovisión en España |