Primeros cinco capítulos leídos.
Ya desde el inicio del libro podemos ver la personalidad atormentada del General, del que posteriormente sabemos que se llama Henrik, que después de vivir víctima de la monotonía durante décadas encerrado en un castillo, con la única compañía de sus empleados, recibe una carta de Konrad, un viejo amigo de juventud, con el que tiene unos asuntos pendientes desde el 2 de julio de 1899, hace 41 años y 43 días, fecha en que tuvo lugar una cacería que cambiaría su vida y que tiene grabada a fuego en su memoria. El propio escritor explica que después de transcurrir tanto tiempo la sed de venganza se había transformado en una dolorosa espera.
Nada más tener Henrik noticias de que va a recibir esa visita, dispone todo lo necesario para preparar la casa, y llama a Nini, su vieja sirvienta de confianza, para avisarle de dicha circunstancia, y comunicarle que la reunión tendrá lugar en una parte del edificio que él mismo lleva sin pisar desde su juventud. Nini, que es como una madre para él, y al parecer conoce la trascendencia de ese encuentro, le pide que no se excite cuando vuelva a juntarse con Konrad.
Posteriormente, el autor se retrotrae al pasado, a la infancia del propio Henrik, y de la juventud de sus padres, él, un alto cargo del Ejército austriaco y ella, de una buena familia francesa, que el primer día que se conocieron supieron que iban a unir sus vidas para siempre, si bien nunca llegaron a ser felices por completo, pagando él su frustración con las cacerías, y ella teniendo que vivir completamente desarraigada de su Francia natal.
Mientras tanto, Henrik forja una inquebrantable amistad con Konrad, al que conoce de niño en una Escuela militar. Dicha amistad se consolida cada vez más, durante su adolescencia, y al menos hasta los 22 años (Digo "al menos hasta" los 22 años, porque hasta aquí llega el quinto capítulo ). El autor habla de su relación como la más pura y desinteresada posible entre dos personas, la cual contrasta con un entorno de meras apariencias, egocentrismo y vidas vacías. Corregidme si me equivoco, pero creo que el autor es inequívoco al expresar una relación homosexual en toda regla, ya que cuando Konrad pasaba sus vacaciones de verano con ellos en Hungría y seguían con su formación castrense, él mismo explica que "Era comun todo lo que tenían: sus trajes, su ropa interior (...) juntos descubrían viena y los bosques, la lectura y la caza, montar a caballo y la vida militar, la amistad y el AMOR".
Desde el principio Sandor Marai expresa la forma de ser de Henrik como un chico muy necesitado de cariño (Casi se muere si no llega a ser por los "mimos de Mimi" ), y la propia Mimi ya mostraba, siendo Henrik joven, sus reticencias a la relación con Konrad, temerosa de que éste le hiciera daño.
El final del capítulo cinco es PRECIOSO, cuando van a visitar a los padres de Konrad, y éste le explica que a diferencia de él, su familia ha tenido que sacrificar su vida para darle lo mejor, y que cada vez que se compraba una silla de montar o daba una propina a algún "maitre", sentía que les quitaba parte de vida a sus padres.
De momento el libro me está gustando muchísimo. Tiene una sensibilidad especial. En los próximos capítulos me imagino que Sandor Marai seguirá explicando el pasado de los personajes, para poder conocer los antecedentes a ese "último encuentro".