Bueno, bueno, BUEEEENO. Esta semana ponemos el punto y final a una novela que nos ha tenido enganchados durante un montón de semanas, y ya hemos podido despejar todas las dudas sobre quién era el Señor de la Tarjeta Amarilla-Naranja-Negra, quién era Jimla y cómo iba a ser el desenlace con Sadie.
En estos últimos capítulos, mientras Jake se dirige a la madriguera del conejo, se entera de una noticia todavía peor que la de Mercedes Street, y es que ha habido un terremoto en Los Ángeles con miles de muertos. Sus dudas sobre la relación de causalidad entre la salvación de Kennedy y este macroefecto mariposa de dimensiones gigantescas se despejan cuando habla con un nuevo guardián del portal en el tiempo, el señor de la Tarjeta Verde, que le explica su misión y le anima a que vuelva al futuro para que vea los destrozos que ha generado su acción.
Una vez Jake regresa al 2011, se da cuenta de que hay un mundo distópico, donde no hacen más que producirse desastre naturales y el pillaje y el racionamiento son los pilares de esa sociedad completamente destrozada. Allí se encuentra con Harry, que le explica todo lo que ha ocurrido, como la desaparicón de la isla de Hokkaido en Japón o la anexión del estado de Maine a Canadá (Esto último, me imagino que debe ser horrible para un estadounidense
).
Una vez Jake comprueba la situación, al volver al pasado y resetear todo de nuevo, huye durante unos días del señor de la Tarjeta Verde, y se encierra en su soledad, sopesando la posibilidad de quedarse en el pasado, y empezar su vida allí con Sadie. Finalmente, por el riesgo que podría suponer a la humanidad, y muy en contra de su verdadera voluntad, decide sacrificar la felicidad con la mujer de su vida y regresa al futuro, donde finalmente no se resiste a conocer a la que había sido su chica, ya octogenaria, la cual ha sido nombrada "ciudadana del siglo" y ha tenido una trayectoria impecable en el servicio a la comunidad.
Los rescoldos del pasado afloran en el último baile entre ambos, un guiño fabuloso a esos finales de los 50, en donde, en otra cuerda temporal, ambos fueron plenamente felices.
S' acabó.
Antes de hacer mi valoración final de la novela, tengo que decir que para mí el verdadero descubrimiento ha sido su autor, Stephen King, escritor al que por ignorancia siempre he tenido infravaloradísimo, y al que no descarto para nada seguir leyendo en el futuro.
De hecho, en las primeras votaciones del Club de Lectura en la que Pal propuso esta novela, la dejé la última de todas, jaja. Hay que ver...
Estoy seguro que van a hacer una pedazo de serie en EE.UU, porque aquí hay bastante materia prima, serie, que por supuesto, yo no creo que vea, porque seguro que no estará a la altura del libro.
Mi nota: Novela muy larga (con el curro que eso supone para el escritor), MUY entretenida, con una compilación de reflexiones interesantes sobre las costumbres de esa época de mitad del S. XX, y un contenido psicológico de los personajes muy elaborado. Tengo que ponerle un
SOBRESALIENTE. Un
9,25.
Y de video, propongo la BSO de Origen, "
Time" de Hans Zimmer.
Y con esto cierro por mi parte el Club de Lectura Nº 23. Un placer haber podido compartir esta novela con los tres, lucentino, Pal y 7th.