El 16 de Julio de hace 10 años, nos dejó una de las más grandes, la Reina de la salsa, Celia Cruz. Desde aquí, a pesar de la poca aceptación de la música latina en este foro (por lo que veo en los concursos...), mi pequeño homenaje a la gran dama de la canción Cubana, que aún no había aparecido por la sección.
Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso de la Santísima Trinidad mejor conocida por su nombre artístico Celia Cruz fue una exitosa cantante cubana de son montuno, guaracha y salsa. Celia Cruz desarrolló su carrera en Cuba y Estados Unidos.
Nació en el barrio Santo Suarez de La Habana 21 de octubre de 1925, si bien algunas fuentes señalan su nacimiento cuatro años antes, y otras en 1925, datos todos ellos de difícil comprobación dada la persistente negativa de la estrella a confesar su edad. Segunda hija de un fogonero de los ferrocarriles, Simón Cruz, y de la ama de casa Catalina Alfonso Ramos, Celia Cruz compartió su infancia con sus tres hermanos -Dolores, Gladys y Bárbaro- y once primos, y sus quehaceres incluían arrullar con canciones de cuna a los más pequeños; así empezó a cantar. Con otras canciones y nuevos forasteros calzó a todos los niños de la casa.
Después se dedicó a observar los bailes y a las orquestas a través de las ventanas de los cafés cantantes, y no veía la hora de saltar al interior. Sin embargo, sólo su madre aprobaba esa afición: su padre quería que fuese maestra, y no sin pesar intentó satisfacerle y estudiar magisterio, pero pudo más el corazón cuando estaba a punto de terminar la carrera y la abandonó para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música.
Mientras tanto, Celia Cruz cantaba y bailaba en las corralas habaneras y participaba en programas radiofónicos para aficionados, como La Hora del Té o La corte suprema del arte, en los que obtenía primeros premios tales como un pastel o una cadena de plata, hasta que por su interpretación del tango Nostalgia recibió en pago 15 dólares en Radio García Serra. Más tarde cantó en las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas y formó parte del espectáculo Las mulatas de fuego, que recorrió Venezuela y México.
La Época de Oro con Sonora Matancera
A lo largo de los años cincuenta Celia Cruz y la Sonora Matancera brillaron en la Cuba de Pío Leyva, Tito Gómez y Barbarito Díez; del irrepetible Benny Moré, del dúo Los Compadres, con Compay Primo (Lorenzo Hierrezuelo) y Compay Segundo... La Cuba de Chico O’Farril y su Sun sun babae, la de La conga de los Habana Cuban Boys, la de Miguel Matamoros con su Mamá, yo quiero saber de dónde son los cantantes, la de Miguelito Valdés con su Babalú... Celia aportó su Cao Cao Maní Picao y se convirtió en un éxito, y otro posterior, Burundanga, la llevó a Nueva York en abril de 1957 para recoger su primer disco de oro.
Celia Cruz se había ganado ya varios de los apodos y títulos con que quisieron distinguirla. Fue la Reina Rumba, la Guarachera de Oriente y, desde las primeras giras -por México, Argentina, Venezuela, Colombia...-, la Guarachera de Cuba.
Salida de Cuba
Para Celia Cruz, el veto en su Cuba natal ha durado más de medio siglo. El Exilio de Celia Cruz fue algo muy doloroso que le afecto toda su vida. Su exilio comenzó El 15 de julio de 1960, ya iniciada la Revolución cubana dirigida por Fidel Castro, surgió un contrato para la Sonora Matancera en México. La legendaria reina de la salsa partió sin imaginarse que jamás volvería a pisar suelo cubano y sus compatriotas no pudieron escuchar ni en vivo ni grabado su grito de guerra, ese archifamoso y potentísimo «asúcarrrrr...» que la cantante lanzó desde escenarios de todo el mundo pero que jamás endulzó el ánimo de los cubanos desde la radio o la tele. Después de un año de aplausos en la capital azteca, Celia Cruz se mudaba a Estados Unidos y sellaba su primer compromiso para actuar en el Palladium de Hollywood. Su abierta oposición al régimen hizo de ella un poderoso símbolo del exilio, aunque el Gobierno castrista no la reconoció como exiliada hasta la década de los ochenta.
El gobierno Castrista fue tan severo que inclusive censuraron y prohibieron su música en toda la Isla. Su furibunda militancia anticastrista nació después, a partir del 7 de abril de 1962, cuando supo de la muerte de su madre y no pudo entrar en la isla para asistir al entierro. Llegó a confesar incluso que estaba dispuesta a inmolarse haciendo estallar una bomba si con ello hacía desaparecer «al Comandante».
Tres meses después, el 14 de julio de 1962, Celia Cruz se casó con el primer trompetista de la orquesta, Pedro Knight, quien a partir de 1965, en que ambos dejaron la Sonora, se convirtió en su representante. Celia Cruz inició su trayectoria como solista junto al percusionista Tito Puente, con el que grabó ocho álbumes. Los jóvenes hispanos de Nueva York la descubrieron en 1973 en el Carnegie Hall, cuando integraba el elenco de la «salsópera» Hommy, de Larry Harlow.
Posteriormente, participó en un legendario concierto grabado en vivo en el Yanquee Stadium con The Fania All-Stars, un conjunto integrado por líderes de grupos latinos que grababan para el sello Fania. Ya era famosa en 1974, cuando grabó el disco Celia & Johnny con el flautista dominicano Johnny Pacheco, considerado el primer clásico del género.
Desde entonces, el éxito fue una constante en centenares de conciertos coreados por un público entregado al grito de su Bemba colorá. Esa voz electrizante, su alegría contagiosa y el llamativo vestuario fueron pronto una bandera de identidad de los inmigrantes. Ella, a su vez, terminó por asumir el rol de estandarte del anticastrismo.
Enfundada en sus fastuosos y extravagantes vestidos, tocada con pelucas imposibles y encaramada sobre esos zapatos únicos de alto tacón inexistente, Celia Cruz conservó hasta casi el último momento una vitalidad insólita. Feliz con su flamante Grammy al mejor álbum de salsa por La negra tiene tumbao, en el verano de 2002 celebró su 40º aniversario de matrimonio con una fiesta que le organizó la cantante Lolita Flores en Madrid.
En noviembre, durante un concierto en el Hipódromo de las Américas de México, D. F., empezó a perder el control del habla. Al regresar a Estados Unidos se sometió a la extirpación de un tumor cerebral, pero al final no hubo remedio. Aun así, el 13 de marzo apareció por última vez en público cuando la comunidad latina le tributó un homenaje en el teatro Jackie Gleason de Miami, que ella rogó que no fuera como una despedida. Se sentía optimista y con fuerzas. Por esos días, entre febrero y marzo, grabó un último disco que no llegó a ver editado, Te entrego el alma.
¿De dónde viene su grito de guerra "AZÚCAR"?
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Creo que a este tema no le hace falta presentación. Dudaba si traer un tema tan conocido como este o "La Vida es un Carnaval" , o alguno de sus inicios más desconocidos. Al final me he decidido por este, tema conocidísimo, pero cantado por una joven Celia Cruz: