Emili Vendrell fue un conocido tenor catalán (Barcelona 1893-1962).
Nacido en el barrio del Raval barcelonés en una familia modesta, lo cual no fue impedimento para que entrara en 1911 en el Orfeó Català, donde llegó pronto a ser solista.
Su voz le hizo destacar pronto en obras líricas, óperas y zarzuelas, realizando en los años veinte giras por toda la península, Europa y América del Sur. En aquella época empezó a interpretar canciones populares catalanas, y su importancia fue tal que algunos autores no querían que Vendrell fuera el primero en interpretar sus obras, ya que dejaba el listón tan alto que, irremediablemente, el público dejaba de acudir cuando eran otros los que cantaban; por el contrario, él podía volver a revitalizar una obra cuando empezaba a declinar la asistencia de público.
Tras la Guerra Civil y el advenimiento del franquismo, fue encarcelado y juzgado por rojo, separatista, masón y propagandista, por haber sido contratado por la Generalitat republicana para realizar una serie de giras por países europeos para divulgar la música catalana. Siendo condenado a muerte en primera instancia, tras varios recursos, fue desterrado cinco años en Valencia; no obstante, tras cumplir la mitad de la condena, regresó triunfante a los escenarios barceloneses.
A su muerte, las autoridades no permitieron que se realizara la capilla ardiente en el Palau de la Música como estaba previsto, por miedo a manifestaciones, así que solo se pudo realizar un pequeño homenaje en un cine.
Eso si, con la llegada de la democracia se colocó una placa en un su casa natal, en la calle de la Cera, recordando a tan insigne músico.
“Cançó de taverna” o “La taverna d’en Mallol” fue una grabación original de Vendrell de 1918 y una de sus canciones más conocidas en la época. El autor de la pieza fue el polifacético artista Apeles Mestres.