Cariño mío, desde que nos encontramos, todo no han sido sonrisas, pero nos hemos dado la vida y estamos poco a poco recuperando nuestro centro y nuestra esencia. Estamos creciendo juntos y, sobre todo, aprendiendo a amar y a amarnos, y no sólo a nosotros, sino también y muy importante, aprendiendo a amar a la humanidad y a la creación, aprendiendo a vernos como iguales, como que todo el mundo es una pequeña parte de nosotros mismos que llevan una parte de esa carga que solos no podríamos procesar. Y esto empezó en esta ocasión al conocernos. Al verte por primera vez ya el mensaje estaba claro: había de aprender a quererme a mi mismo a través de ti, y así podernos dar toda la plenitud de regalos que habríamos de hacernos cada día, hasta hoy, donde siempre me acompañaron tus caricias, tus palabras y tus sonrisas.
Sabemos que tu historia no tiene 41 años, que los hace hoy, sino que se extiende mucho más atrás en este tiempo imaginario tan real, pero hoy celebramos que, gracias a estos 41 años, hoy estamos aquí, mirándonos con paz y esperanza en los ojos y levantándonos cada vez que nos caemos.
Que veamos muchos más días de luz juntos y que se extienda nuestro amor adonde pueda servirle a tantos y tantos que creen que no lo son o que no lo han vivido.
Contigo, ciertamente, es más fácil
Te dejo uno de tus temas favoritos, tesoro, disfruta