Ficha técnica completa de la canción
Si en el diccionario buscáramos la palabra Troll, muy probablemente estaría la bandera de San Marino.
Es que este pequeño país, en su corta historia en el ESC, ha dado mucha tela de donde cortar, por muchos motivos. El primero de ellos es que en 2008 tuvieron su primera aparición junto con Azerbaiyán. Pero a diferencia del país caucásico, que desde su debut se ha vuelto potencia eurovisiva, San Marino se tuvo que tragar el último lugar de la edición. Luego de dos años ausente, regresó al tiempo que la televisión Italiana y desde entonces ha participado ininterrumpidamente, sorteando toda clase de crisis financieras como ni siquiera países como Portugal o Polonia han podido... para que aprendan carises
Luego encontramos el triplete de nuestra diva Trollentina, quien no desistió hasta darle el primer pase a la final a este pequeño país, y que de no haberse clasificado, seguiría participando hasta el final de los días . Aquella noche de mayo del 2014, no solo el público en Copenhague, sino todos en casa nos volvimos locos de emoción al ver que se le hizo justicia a nuestra diva.
Felicidad bebés. Esta vida está hecha de pequeños trozos de felicidad.
Y luego de volver a lo mismo en 2015 con los olvidables adorables Michele y Anita, para 2016 las dudas eran muchas. ¿regresaría nuestra Trollentina por la cuarteta? ¿por fin llevarían una canción de verdad que no fuera de Siegel? Finalmente, el 12 de enero anunciaron que llevarían a Serhat, un cantante turco, al escenario de Estocolmo. Sí, Turquía regresaba al festival, aunque fuera bajo la bandera celeste y blanca.
Serhat, nuestro divo, nació con el nombre de Ahmet Serhat Hacıpaşalıoğlu, en Estambul, hace 51 hermosos y sexys años. Bizantino, el muy majo. La parte más gloriosa de su carrera la hizo en la propia Turquía como conductor de televisión, principalmente de Riziko!, versión turca de Jeopardy. Pero una vez en la fama, decidió incursionar en la música.
De inmediato comenzó el drama total. Los temas variaban desde que si Serhat pagó su propia candidatura, hasta que si la diáspora turca impulsaría a San Marino a su segunda final, porque es por todos sabido que la diáspora es un arma infalible. También se especuló sobre el tipo de canción, o su idioma, y muchos esperábamos una canción al estilo Je m'adore
Je t'adore aussi, mon amour
Poco a poco subió el hype y la incertidumbre hasta que finalmente el 9 de marzo, se lanzó la gloriosa canción I didn't know.
De inmediato el de por sí alto drama drama se elevó hasta las mismísimas nubes. Porque a I didn't know, o la amas o la odias, tal como lo mostró la encuesta del foro. Y aunque inmediatamente se inundó de "Winner alerts", provenientes de trolls que merecen ser encerrados en el mismo calabozo que Safura, hubimos quienes desde el minuto 0 quedamos atrapados ante todo el despliegue de surrealismo de la canción y el video. En las casas de apuestas no se tocaron el alma porque no tienen y hundieron a San Marino en las cuotas y en todos lados auguraron un bottom y los cero puntos por parte del jurado y el televoto.
Pero bien, la canción. I didn't know es una balada de amor puro, una oda a la belleza cantada con una voz de farra a las tres de la mañana. Su letra, aunque con unos pequeños detalles de pronunciación, derramaba amor y más amor proveniente del mismísimo siglo XVI
Ahora, el video. Su video inmediatamente se volvió una fuente inagotable de memes, que lograron desviar la atención de los grandes protagonistas masculinos de la edición, maestros en atrear miradas, Sergey y Douwe Bob.
Serhat nos deleitó con un video con estampas tan memorables como su monóculo, su camisa de seda de actor porno de los 80's, su mirada a través de un frasco de perfume, la tarjeta de amor con luces, deshojar una flor de cartón, mover un muñeco de Serhat con piernas móviles, y así muchos más.
Y por si no fuera suficiente con todo el trolleo, comenzaron a lanzar versiones de la canción en varios idiomas y estilos. Uno de ellos era la versión Disco. Finalmente, el 21 de marzo se lanzó el nuevo video, con una presentación en un plató de televisión y en donde el lipsync no correspondía con la canción. Los rumores corrieron como el agua hasta que se anunció que esa sería la versión que llevarían a Estocolmo. Y así fue como San Marino logró romper el récord del trolleo, implantado por ellos mismos.
Mientras artistas como Barei o Justs se partían el alma de pre party en pre party, Serhat se dedicó toda la temporada a las relaciones públicas, seducir a Kaliopi visitar programas balcánicos, vestir con cigalas y gozar de la vida. ¡Que para eso ha nacido ese hombre!
También llegó el momento del sorteo y San Marino fue asignada en la primera semifinal, en la primera mitad. En el tongo orden definitivo, quedó octavo; entre la diva Iveta y el rey sin corona, Sergey. Para este momento era evidente que Encarna tampoco le tenía fe y lo colocó en una posición comprometedora.
A continuación llegó la semana de ensayos, y se develó el número: Serhat rodeado de bellas mujeres bailando y cantando en un ambiente de disco de película porno ochentera (de nuevo), con hologramas de baile disco, que fue removido para el segundo ensayo. Pues, era justo lo que esperábamos. Una vez en directo, no agradó el número a muchas personas y a través de la app de Osram se pudo ver al Globen arena iluminado de azul, lo cual fue desalentador.
Llegó el día de la semi y pues nada, que se conocieron uno a uno a los finalistas. Se acababan los lugares, y cuando se anunció el pase de República Checa, la verdad se hizo evidente. Fatalmente, con el anuncio de Malta como última calificada, acabó el viaje de Serhat en Eurovisión 2016. Pasado el festival, se conoció el desglose y para sorpresa de casi todos, San Marino no fue última y mucho menos se quedó en ceros. En realidad alcanzó un honroso 12° puesto y para el televoto se quedó a las puertas de la final. Y ni iquiera fue última para el jurado, pues obtuvo 19 puntos. Eso fue más del doble que Estonia.
Luego del festival, Serhat lanzó la campaña #WhereIsMyHat para buscar el sombrero que lanzó al público. El hecho de que a nadie le importara no fue motivo para dejar de hacerlo.
Fuera de toda sátira, creo que San Marino jugó muy bien este año. Para un país que tiene y tendrá muy complicado el pase a la final, jugar a ser troll resulta una estrategia creativa. Y si ya le funcionó una vez, y estuvo cerca de funcionar dos ¿por qué no seguir la línea? Y creo que San Marino fue de los países que hicieron que el drama durante la temporada estuviera a la orden del día. Además, canciones como I didn't know trajo variedad musical al festival, sea de la forma que sea. Finalmente, en San Marino podemos ver a un país que no por ser pequeño deja de alzar la voz. saludos España. Espero que en Kiev veamos de nuevo al rey del trolleo sorprendiéndonos como lo ha hecho ya siete veces.
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