El 9 de Diciembre de 2012, un joven británico llamado James Arthur se alzaba con la victoria en el más prestigioso concurso musical de Reino Unido, el X-factor. Lo hizo con una interpretación brillante de una balada llamada "Impossible", que meses después arrasaría en las listas musicales de medio mundo. A partir de entonces, se han empezado a popularizar los cantantes de su mismo estilo. Chicos varoniles, fuertes y -permitidme el atrevimiento- poco agraciados, que interpretan potentes baladas, cargadas de sentimiento y emotividad. En este grupo podríamos incluir a Sam Smith o Jonh Legend por poner algunos ejemplos.
El día que conocimos los participantes del Melodi Grand Prix 2014, descubrimos un cantante de este estilo. Su nombre Carl Espen. Aparentemente, el MGP de 2014 no resultaba ser una pre llena de temazos que igualar o mejorar el puesto de Margaret Berger con "I Feed You My Love", sin embargo para sorpresa de propios y ajenos, Noruega encabezaba la listas de apuestas. ¿Por qué? La respuesta se haya en una canción, "Silent Storm", interpretada por el propio Carl Espen. Se trataba de una balada cargada de significado, que reivindicaba la necesidad de un amor que apacigüe la tormenta silenciosa interna que genera la soledad.
La opinión generalizada del foro ante el conjunto de la candidatura era que se trataba de un tema muy correcto y potente, que podría llegar a ganar Eurovisión, pero (siempre hay un pero), Carl no era capaz de interpretarlo adecuadamente y toda la fuerza de la canción, se quedaba en migajas en el escenario. A pesar de ello, Carl ganó el MGP menos votado de los últimos años con ¿bastante? diferencia de votos sobre Linnea Dale, que se quedó sola con sus grandes esperanzas.
Llegó la semana de Eurovisión y comprobamos que la puesta en escena era muy similar a la del MGP. Mantenía al pianista e incorporaba a 4 violinistas dispuestas sobre una gran plataforma. El juego de luces fue su gran baza. A pesar de que la actitud de Carl seguía siendo fría y "sosa", la ambientación que lo rodeaba sacaba a relucir todo el potencial del tema. Lo cual le sirvió para alcanzar un sexto puesto en la semifinal fácil, y un más que notorio octavo puesto en la gran final del sábado, que a algunos les sabía a poco después de haber visto a Noruega encabezando las apuestas durante tanto tiempo, y a otros a mucho, ante la calidad del conjunto de canciones y actuaciones del año.
Sea como sea, no sabemos si Carl encontró la calma tras la tormenta, que tanto deseaba y que si hayaron los representantes de los Países Bajos.
Someday i'll be calm...