Los Países Bajos son el país donde más tiempo he pasado, no el que más veces haya ido, pero sí que he estado bastante tiempo allí ya que pasé 5 meses viviendo haciendo unas prácticas. Además de eso he vuelto alguna vez en plan turista. Es un país que me gusta bastante, muy cómodo, con buenas comunicaciones para desplazarte... pero algo caro también. Sobre todo los hoteles en Amsterdam, que o te vas al extrarradio o si quieres algo céntrico tiene que ser bastante cutrecillo si no te quieres dejar medio sueldo.
Lo que más he echado en falta en estos viajes es algo de naturaleza "espectacular" ya que en la zona que yo conozco todo es plano, con pastos, flores, y algunos árboles sueltos. Las montañas brillan por su ausencia (por algo son bajos jejeje). Así que el turismo se ha limitado a ciudades y pueblos y como mucho algo de mar.
Amsterdam: es, con todo el mérito, la mayor atracción de Holanda. Es una ciudad única, diferente a todas las demás capitales europeas, por su arquitectura, sus canales, su gente... La primera vez que estuve yo apenas había salido de mi pueblo y me impactó muchísimo esa mezcla de gentes de todo tipo y condición sin problemas entre ellos. Quizá por eso siempre ha tenido ese punto especial para mí. Tengo grabada en la memoria una imagen de una mujer mayor, con el pelo blanco y en un moño, sentada en un banco con un tio con rastas y su porrito, sin decirse ni mu pero tampoco incómodos. Eso en aquella época era impensable en lo que yo conocía. De hecho es lo que más destaco de esta ciudad, la tolerancia hacia todo tipo de gente. El tema homosexual también tuvo su importancia, pero afortunadamente ya hay otras ciudades donde se puede encontrar ese tipo de ambiente
Lo más importante es pasear por sus calles, pasar por los innumerables puentes, hacer un crucero en barco por los canales para tener otra visión de la ciudad... es la mejor forma de empaparse de ella.
Plaza Dam: es el corazón de Amsterdam, allí se encuentra el Monumento Nacional, un obelisco de 22 metros de altura que fue construido en homenaje a los soldados holandeses caídos en la Segunda Guerra Mundial y también el Palacio Real.
Leidseplein: es una de las zonas más animadas de la ciudad, llena de cafés, restaurantes, teatros, etc. En una bocacalle de la plaza es donde tiene lugar el Eurovision in Concert.
Barrio Rojo: es uno de los iconos de Amsterdam, la zona de prostitución. En este caso las prostitutas alquilan sus escaparates y pagan sus impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social, como cualquier otro trabajador. De día está un poco muermo pero por la noche es cuando se encuentra en todo su esplendor con las luces de neon, bares, escaparates, turistas, etc. Justo al lado, y casi mezclándose se encuentra el barrio chino de Amsterdam.
Begijnhof: Se trata de un conjunto de elegantes casas fundado en 1346 para albergar una hermandad femenina católica laica: las beguinas. Está justo en el centro de Amsterdam y es un remanso de paz y tranquilidad en medio de todo el bullicio. Aquí se encuentra la casa más antigua de la ciudad.
Mercado de las flores (Bloemenmarkt): otro de los tópicos universales de Holanda son sus flores, así que no se puede dejar de visitar este mercado junto a los canales donde se pueden comprar bulbos de tulipán, un regalo estupendo y barato para las familias y amigos jejeje.
Vondelpark: inmenso parque en el barrio de los museos, pulmón verde de la ciudad y centro de recreo de los amsterdameses.
En cuanto a museos, merecen la pena el Rijskmuseum, que alberga importantes obras pictóricas de pintores holandeses
El museo Van Gogh, dedicado al gran genio holandés en exclusiva
Museo de las ciencias Nemo:
También está interesante la casa de Anna Frank, una chica judía que se escondió allí junto a su familia durante la invasión Nazi en la II Guerra Mundial.
Y por supuesto, recomiendo entrar en un coffee shop, los locales donde se permite la venta de drogas blandas ya sea en forma de porro, pasteles, magdalenas... de todo hay.
En cuanto a gastronomía, en Amsterdam se pueden encontrar restaurantes de todo tipo, hay mucha oferta y variedad y para todos los bolsillos. Lo más típico holandés quizá sean los pancakes, una especie de crepes con forma de pizza que aunque básicos, están muy buenos y llenan.
Pero sin duda, yo soy fan de las croquetas picantes, es algo que siempre tengo que probar cuando voy. Por toda la ciudad (y en otras también) existen puestos con expositores donde se venden estas croquetas, hamburguesas, etc. Es autoservicio y son baratas, una buena alternativa si se quiere picar algo sin perder mucho tiempo.