El Hermitage:
Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada:
Catedral de San Isaac
Peterhoff
Esta vez las fotos sí son mías
Tenía muchas ganas de ir a San Petersburgo, porque hablaban de ella como ese trocito de Rusia que era más nórdico que ruso, y la verdad es que en muchos momentos es ciertos, hasta hay monumentos a los vikingos, pero sigue estando lleno de rusos Se puede ver en pocos días, porque aunque es grande, todo lo importante está más o menos cerca y se puede hacer a pie, excepto Peterhoff que está un poco lejos. Es algo carillo, pero te lo puedes permitir.
Lo bueno: Tiene cosas alucinantes como los sitios que os he puesto. Las Iglesias son brutales, todo es de unas dimensiones enormes. Y Peterhoff es el versalles ruso, todo lujo y ostentación pero impresionante. Las estaciones de metro son muy lujosas, como las de Moscú, y las calles están llenas de limos, hummers, y todo el despliegue de dinero que os podáis imaginar. La verdad es que me gustó muchísimo, es realmente un sitio precioso. Y el Hermitage, lo de menos son los cuadros, lo alucinante era el lujo de dentro, lleno de pomos de puerta de oro y piedras preciosas.
Lo malo: los rusos. Mira que en varias guías avisaban de que son extremadamente bordes, maleducados, y de que la higiene no es lo suyo por lo que había que tener cuidado en el metro. Pues las guías no mienten. Había muchos tours exclusivos para rusos, y si te veían hablar en inglés no te aceptaban. Y en los que te aceptaban te doblaban el precio. Tienen una tendencia natural a colarse, por lo que puedes estar haciendo cola en cualquier sitio y de repente llegan dos, te empujan y se te plantan delante. Un horror. Y lo peor es el metro, que nos tuvimos que bajar porque me estaban dando arcadas, y mira que no soy exquisito con los olores, pero es que era vomitivo. Según he leído por ahí, a los rusos lo de echarse desodorante o cosas así les resulta de afeminados, y se lleva el olor a choto. No sé si es cierto, pero es verdad que mira que he montado en metros atestados de gente en NY, Madrid, o Londres, y jamás lo he pasado tan mal como en el metro de S. Petersburgo y eso que había menos gente. De hecho creo que en general dudo que vuelva a pisar Rusia, y eso que me encantaría ver Moscú, pero las experiencias con los rusos fueron tan nefastas que preferiría no volver.
Y menos mal que la poli no nos hizo nada, que según las guías había que temer más a la policía que a los ladrones, y nosotros sólo tuvimos un problemilla con la poli en el metro y fueron los únicos amables, todo hay que decirlo.
Vimos bastantes guiños a Eurovisión por allí