Día 12 de Agosto, Sábado:Para este día teníamos planeadas varias actividades, dos de las cuales eran de las más importantes del viaje. Como había estado lloviendo la noche anterior nos temíamos lo peor, pero el tiempo nos dio un respiro y el día amaneció sin lluvia e incluso despejado en algunos momentos.
Cogimos el tren hasta Kawaguchiko, una ciudad junto al lago del mismo nombre, el más turístico de los 5 lagos. Desde allí la idea era coger los buses turísticos que se mueven por la zona, ya que sale bastante barato si compras el pase para dos días, que era lo que nosotros íbamos a estar por allí. Estos buses tienen tres rutas (roja, verde y azul) y nosotros cogimos la verde que iba hacia el lago Saiko.
Nuestro objetivo no era el lago en sí, si no visitar el bosque de Aokigahara, también conocido como el bosque de los suicidios. Se trata de un lugar tenebroso y peculiar, ya que desde hace siglos tiene fama de estar maldito y lleno de espíritus ya que las familias de la zona abandonaban allí a las personas mayores y a los niños para que murieran en caso de hambruna, pero en las últimas décadas se ha hecho tristemente famoso por ser el lugar elegido por muchos japoneses para quitarse la vida. Hace tiempo lo descubrimos en alguna web de viajes y siempre quisimos visitarlo, por eso había que incluirlo si o si en el itinerario. Además, un par de año antes se estrenó la película de "El bosque de los suicidios" y todavía nos entraron más ganas de ir.
En el letrero de la imagen se pide a los suicidas que piensen en su familia y se les trata de convencer de que no lo hagan. Hay patrullas de guardas que peinan el bosque en busca de cuerpos.
El bus nos dejó en la Bat Cave, que no tiene nada que ver con Batman
El bosque se formó hace unos mil años solamente sobre una zona que había sido arrasada por una erupción del monte fuji. Por esa razón el suelo es de origen volcánico y existen numerosas cuevas que se pueden visitar. La Bat Cave es una de ellas, y para bajar tienes que ponerte casco y todo. Puedes recorrerla a pie pero hay zonas donde el techo es muy bajo y hay que ir casi de rodillas, es bastante complicado moverse por allí, aún así, vimos personas mayores visitando la cueva.
En la zona donde compras la entrada hay un pequeño museo dedicado a una especie de pez que se ha encontrado recientemente en el lago Saiko. Lo peculiar es que este pez vivía únicamente en otro lago a unos 600Km de distancia y despareció de allí al contaminarse el lago. Un tiempo después apareció de nuevo en esta zona y todavía los científicos están estudiando cómo pudo llegar allí.
Desde el parking de la cueva sale una ruta de senderismo que se interna por el bosque y que lleva hasta la misma orilla del lago Saiko. Hicimos el recorrido en menos de una hora, contemplando los árboles del bosque y sin escuchar apenas nada, ni siquiera pájaros u otros animales. A medio camino vimos una horca colgada de un árbol. Supusimos que sería alguna broma pesada de alguien porque estaba muy cerca del camino, pero la impresión fue bastante grande sabiendo el lugar en el que nos encontrábamos.
Desde el lago seguimos andando hacia el pueblo de Iyashi no sato. Este pueblo fue destruido en 1996 por un corrimiento de tierra debido a un tifón, y lo han restaurado respetando el estilo tradicional de las casas. Hoy en día no vive nadie allí, es tan sólo una atracción turística. Cada casa está dedicada a una actividad, hay algún restaurante, tiendas, talleres de manualidades, exposiciones de pintura... todo inmerso en un entorno muy verde y con la silueta del Fuji dominándolo todo. Claro, esto último lo sabemos por las fotos que hemos visto porque cuando estuvimos nosotros había muchas nubes y sólo vimos la puntita de la cima un par de minutos entre las nubes.
En una de las casas alquilan trajes de samurais y kimonos de mujer y nosotros íbamos decidimos a probarlo, teníamos muchas ganas de hacerlo y por la información que teníamos no era caro. Cuando llegamos comprobamos que habían duplicado el precio, pero bueno, aún así no era nada desorbitado, unos 8 euros por persona, y Iceman, una amiga y yo nos vestimos de samurais. Fue un rato muy divertido porque además nos dejaban salir a dar una vuelta por el pueblo y podías hacerte fotos donde quisieras, incluso en el interior de las casas tradicionales. La verdad es que salieron fotos chulísimas!!! Cuando íbamos paseando por el pueblo la gente nos miraba, incluso nos grababa en vídeo. Teníamos unas pintas....
En otro punto del pueblo vimos que había juegos tradicionales y también estuvimos probándolos y haciendo el tonto un rato. En japón hay varios pueblos como éste, uno de ellos en Takayama, y recomiendo ver alguno de ellos si vais a Japón. Nosotros elegimos éste por la frikada de vestirnos de samuráis y pasear por el pueblo, por eso no visitamos otros similares.
Al salir del pueblo aprovechamos para comer en una hamburguesería que encontramos. Sí, nos pareció increíble que allí, en una zona nada urbana, hubiera una hamburguesería, pero aprovechamos la ocasión, y no estuvo nada mal.
Después de la comida volvimos a coger el bus y nos fuimos a ver otras dos cuevas, la Ice Cave y la Wind Cave, pero cuando llegamos había mucha cola y nos dijeron que ya no daría tiempo para visitarlas, así que desistimos y nos volvimos a Kawaguchiko, donde aprovechamos para curiosear por las tiendas de souvenirs y dar una vuelta por la orilla del lago. La ciudad tiene varios restaurantes y zonas de ocio, y un paseo que bordea el lago con vistas a la montañas. En el lado norte se pueden tener buenas vistas del monte Fuji en días despejados, cosa rara en verano. La ciudad tiene también algunas galerías de arte y museos, hay uno dedicado a instrumentos musicales que algunos del grupo visitaron al día siguiente y que nos contaron que era muy recomendable, así como un teleférico que lleva a la cima de una montaña.
Intentamos coger una barca de pedales con forma de pato para dar una vuelta por el lago pero ya estaban cerrando y nos quedamos con las ganas. Emprendimos el viaje de vuelta al hotel y aprovechamos para irnos pronto a dormir ya que al día siguiente tocaba madrugar.