Este verano, además del viaje a Japón con los amigos, Iceman y yo hemos realizado otro viaje: un crucero por el mar Egeo, pero esta vez en plan familiar, con sus padres, mi madre y mi hermana. También estuve en Grecia en el año 2006, para el festival de Eurovisión que se celebró en Atenas. En aquella ocasión estuve 1 semana, primero unos días en la zona del Peloponeso con un coche de alquiler para visitar algunos puntos importantes y después unos días en la capital para la semi y la final del ESC. De este viaje no recuerdo los hoteles en los que estuve, así que no podré decir mucho al respecto.
Como voy a meter todo lo que he visitado en ambos viajes en el mismo post esta vez no lo haré en forma de diario, si no por lugares.
En el viaje de 2017 hemos tenido un crucero de 5 días por diversas islas del Egeo (y una parada en Turquía) y después unos días por nuestra cuenta en Atenas con algunas excursiones. El crucero lo hicimos con la compañía Celestial Cruises, concretamente en el barco Olympia, que es el que aparece en estas fotos:
Aunque yo no soy muy de cruceros tengo que reconocer que éste está bastante bien, y no es tan caro como otros. Pagamos el camarote más barato de todos, interior, pero nos dieron uno un poco más amplio y con ventana exterior. El barco tenía piscina, varios restaurantes (a la carta y buffet), bares, actividades diurnas y un teatro donde cada noche había un espectáculo diferente y bastante buenos
Lo malo es que como teníamos excursiones por la mañana y por la tarde al final no disfrutamos del barco todo lo que nos hubiera gustado, pero bueno, estábamos allí para ver cosas.
El crucero sale desde el puerto de El Pireo en Atenas y te deja en el mismo sitio. Así que aparte tuvimos que comprar el vuelo España-Atenas (Aegean a la ida e Iberia a la vuelta) y el alojamiento en la ciudad. La primera noche fue el hotel Savoy en el Pireo, cerca del terminal de pasajeros desde donde salía el barco. Es un hotel antiguo, de ciudad, sin lujos, pero como era una noche pues tampoco necesitábamos más. Además, la recepcionista nos indicó un restaurante típico griego cercano que nos encantó, barato, bueno y abundante, lo tenía todo, ¡hasta un camarero que hablaba español porque estuvo viviendo en Madrid un tiempo!
Para los días posteriores al crucero elegimos un piso de Airbnb que nos gustó mucho y situado justo al lado del museo arqueológico.