También la música clásica tiene su hueco en el país azteca, pero si digo que en el siglo XIX el vals nacido en el centro de Europa hizo furor en México tras su independencia (1821), por raro que parezca, es totalmente cierto. Y como es lógico, nacieron varios compositores del país que se dedicaron a componer valses; la mayoría no conocieron la fama, pero unos pocos lograron pasar a la posteridad.
Juventino Rosas (México, 1868 – Cuba, 1894) es el más conocido de ellos. Escribió valses, polcas, mazurcas y marchas en los pocos años que dedicó a la composición. Su padre había sido músico militar, por lo que alentó la pronta afición de su hijo a aprender solfeo y tocar el violín. Trasladado a Ciudad de México, allí pudo continuar sus estudios en el Conservatorio, aunque estuvo poco tiempo estudiando; sus conocimientos eran más bien autodidactas.
Pese a ser reconocido en vida, llegando incluso a tocar ante el presidente mexicano Porfirio Díaz, siempre tuvo problemas económicos, causados posiblemente por su alcoholismo, que no le permitía actuar con regularidad, Por eso, vendía sus obras a la editora Wagner & Levien por poco dinero. El vals “Sobre las olas”, compuesto en 1885, le fue comprado por 45 pesos. Los enormes beneficios del mismo y el resto de sus composiciones nunca llegaron a sus bolsillos por este motivo.
Necesitado de ingresos, se embarcó en una gira por Cuba con una compañía de zarzuelas. En la isla caribeña halló la muerte por una enfermedad hepática con tan sólo 26 años y unas 90 obras creadas.
Actualmente es uno de los compositores más reconocidos y queridos en México, que repatrió sus restos en 1909. La llegada de los mismos a su tierra natal fue un gran acontecimiento, siendo sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, en DF.
Tal vez no conozcáis ni el nombre del Juventino Rosas ni su obra más internacional, el vals “Sobre las olas”, pero sí estoy seguro de que en cuanto escuchéis sus compases, pensaréis: Aaaah, si, claro que la conozco…
https://www.youtube.com/watch?v=N2YvhEv7ykM
