Esta candidatura, antes de que saliese, debe ser una de las que más intriga y emoción me han causado desde que sigo el esc. Por dos motivos: ver qué traería este magnífico país, que siempre apuesta por canciones de gran calidad y belleza, y saber qué resultado podrían lograr. Evidentemente, esa emoción se debía a que no tenía ni idea de que resultado podrían obtener este año después del hundimiento de 2014, con la mejor canción para mí que ha pasado por el festival. Bueno, el misterio era relativo, en todo caso: sabía que era IMPOSIBLE que trajeran algo que me gustase más que SAF. Bueno, como mucho podrían traer algo que se acercase, pero solo acercarse, igualar ese tema creo que esta fuera de las posibilidades humanas. Desconozco de donde salió la inspiración para componer esa joya de un tamaño superior al Universo
Pero bueno, a lo que voy
Tras conocer el tema, en la primera escucha no me decepcionó, me pareció una canción buena y bella, como me temía. Me alegré porque siguiesen con las baladas un año más, y por encima, con esas baladas exquisitas tan características de este país. Pero el problema llegó con la segunda escucha: se me desinfló de una forma increíble
De parecerme claramente un temazo, se convirtió para mí en un tema de bien a secas. Y como ya había dicho hace tiempo, en el momento en que este país lleve algo que no me guste demasiado, desearé fervientemente que queden lo peor posible. Aunque se puede decir que ya superé el duro golpe que como eurofan me provocó el resultado de Dilara, al menos ese futuro mal resultado del país que dejase lo de 2014 en solo un doloroso recuerdo, pero ya no en el peor resultado con diferencia (y el primero) de la historia de Azerbaiyán, supondría para mí un bálsamo que hasta ahora me costó mucho encontrar. Sé que puede sonar egoísta y malvado, pero más malvado y cruel fue el año pasado el televoto con la excelsa propuesta azerí
Pues bien, llegó el día de la semi, y lo que vieron mis ojos no me gustó, lo cual no ayudaba a despejar mis dudas sobre esa segunda escucha que había hecho de la canción de Elnur. Por lo tanto, fue máxima mi desilusión al ver que lograban pasar a la final. Elnur es un artistazo (también tenía ganas de verlo, porque siempre me ilusiona ver a eurovisivos repetidores. Increíble cuánto cambió con respecto a 2008
), aunque me dio pena que no luciese más su voz. O sea, en el sentido de que todos sabemos el vozarrón que tiene. Aunque también es cierto, como decís, que el tema no requiere, en todo caso, esa actitud divesca que tuvo, así que por lo tanto igual no habría sido muy coherente que mostrase aquel chorro de voz de Day after day
Decía que no me gustó lo que vi porque me dolió comprobar, una vez más, que este país se ha quedado dormido abrazado a las alabanzas recibidas por la coreografía de 2013. La escenografía era realmente bonita, como en 2014, pero la coreografía...
Como bien dice Iuris, no es tan incoherente como se pueda pensar. Ahora bien, a mí me pone de los nervios. Otra vez, tras 2014, volvieron a recurrir a unos elementos escénicos, los bailarines, que distraían y deslucían el tema, un tema que al igual que SAF es delicado y tranquilo,y requería una interpretación solitaria de Elnur, no a dos bailarines ahí en medio
Si ya la canción no me acababa de convencer, los bailarines hicieron que me distrajese ya de forma totalmente innecesaria y definitiva, de forma que la actuación de Azerbaiyán me pareció muy aburrida.
Pero tuve que tragar de nuevo con el resultado del país, no solo con su pase, sino al ver que en la final, si bien no lograron muchos más puntos que Dilara, si quedaron muy por encima de ese maldito número, el 22. Al menos, me alegré al descubrir que ya no es ella quien tiene el peor puesto y puntuación del país en una semifinal, ni la menor cantidad de doces recibidos en una final (tienen ambos uno, pero Dilara más porcentaje posible), ni los peores resultados en el jurado del país, tanto en la semifinal como en la final, ni la peor puntuación del televoto de la semifinal. Y el mayor consuelo fue, quizás, ver que lo de Dilara no fue una excepción, y que por segundo año consecutivo, el público pasó de la propuesta azerí, y ya no es solo 2014 el año en que se quedaron sin Top 10. Se puede decir que con esas dudas y expectativas ya bastante satisfechas, puedo enterrar ya, quizás no de una vez por todas, pero si casi, el mayor golpe que he recibido en mi vida eurofanilmente hablando.
Por último, decir que mi nota es un
6, además de dos curiosidades que ya dije en su momento: Azerbaiyán eligió repetir representante por primera vez justo el mismo año que Armenia, y tras conocerse el regreso de Inga
, y que curiosamente, pese a los defectos de las actuaciones de 2014 y 2015, justo tras el mayor control sobre el televoto que implantó la UER tras la edición de 2013, Azerbaiyán ha dejado de tener el apoyo de esta parte de los votante